domingo, 31 de marzo de 2019

La verdad según el psicólogo Everardo Martínez (1)

No soy relativista, no creo que todo valga, etc. Pero eso no quiere decir que piense que el problema del conocimiento y de "la verdad" sea sencillo. Más bien pienso todo lo contrario, se trata de cuestiones bastante espinosas (es decir, con alto grado de dificultad).

El Sócrates platónico se opone a los filósofos sofistas. De hecho, su definición de conocimiento (que en cualquier clase de teoría del conocimiento se recita) incluye el término "verdadero".

En filosofía de las matemáticas también se ha abordado el tema de la verdad y la consistencia (cuando surgieron las geometrías no eculideanas, por ejemplo).

No todos los científicos, divulgadores de la ciencia, filósofos de la ciencia y sociólogos de lo mismo coinciden sobre este punto. Hay quienes dicen que la ciencia es la búsqueda de la verdad, otros que la ciencia se acerca asintóticamente a ésta (lo que quiere decir que se acerca cada vez más, pero que nunca la alcanzará). Otros proponen dejar de hablar de la verdad de los conocimientos científicos y que mejor se hable de conocimientos más o menos adecuados empíricamente. Otros dicen que la ciencia no puede tener como meta la búsqueda de la verdad, ya que se trataría de un objetivo epistémicamente utópico, como veremos más adelante.

Todo esto viene al caso porque el psicólogo Everardo Martínez ha utilizado en sus más recientes post el término verdad. ¿Qué idea tiene de ésta?, ¿habla como psicólogo o como religioso?, ¿o habla como psicólogo religioso? Si bien la psicología no es una ciencia como la física o la biología, sí hay investigación. Hay psicólogos que hablan de evidencias.

Por ahora no sé si hay textos de filosofía de la psicología que aborden el problema de la verdad, Sin embargo, la busqueda, si no de la verdad al menos del rigor intelectual, deberían hacer de un egresado de la carrera alguien con las habilidades mínimas para no hacer generalizaciones a partir de un caso (ver aquí), que lo haga no solo nos muestra su poco rigor intelectual como practicante de la psicología, de plano nos muestra sus prejuicios hacia el tema de la diversidad sexual.

Veamos sus publicaciones (atención con el uso de la palabra "verdad"):






Como mencioné al principio, no soy un relativista, pero el problema del conocimiento y el problema del término "verdad" no son fáciles.

Es bastante común que hablemos en términos de verdad y mentira, y que pensemos que estamos pensando claramente, que tenemos la verdad de nuestro lado y que quienes piensan distinto están equivocados, que son víctimas del error o que de plano mienten.

Ejemplo de que es común pensar en términos de "verdad" y "mentira" es este post que compartió un divulgador de la ciencia:



Yo, como ateo no puedo aceptar las "verdades de la fe". Pero hay creyentes que usan el término.

En la primera imagen, la persona que aparece hablando en términos de la verdad pertenece a una iglesia cristiana. Lo que para un ateo no dejará de ser curioso o absurdo, ya que los "conocimientos" que se comparten en una iglesia cristiana son mentiras; pero para quienes asisten o pertenecen a una, son verdades.

Para terminar este primer post sobre el tema de la verdad, y la verdad de Everardo Martínez, Agustín Laje y otros "críticos de la ideología de género", dejo parte de un texto que escribí sobre Isaac Newton (completo aquí), en este hablé de las consideraciones de algunos filósofos de la ciencia sobre el problema de la verdad, mi intención es que el lector vea que es un problema complejo.


LA TRADICIÓN DE INVESTIGACIÓN NEWTONIANA

Armando Cíntora, en su libro "Los presupuestos irracionales de la racionalidad", dice que el relativismo histórico “afirma que la historia de la ciencia está marcada por distintas fases y que estas distintas fases (o paradigmas) no pueden compararse o evaluarse racionalmente como mejor o peor entre sí, por consiguiente, qué fase o paradigma científico uno prefiere es algo que se decide a partir de consideraciones extra-racionales. Para el relativista histórico el cambio científico es similar a un cambio en la moda o a un cambio en el gusto colectivo (…) Para el relativista histórico, todos los paradigmas científicos son igualmente correctos, y cualquier paradigma tan sólo es el mejor desde su propia perspectiva, esto es, cada paradigma tan sólo es el mejor durante su propio periodo de hegemonía, cuando es examinado por su propia comunidad de creyentes.”

Por otro lado, el relativismo fundacionista considera que los presupuestos metodológicos fundamentales y/o los objetivos de la ciencia no pueden ser justificados, es decir, tienen un carácter dogmático o axiomático. Cíntora explica: “El relativismo se sigue porque es lógicamente posible tener muchos fundamentos dogmáticos alternativos, los cuales considerados en conjunto serían igualmente respetables o no desde el punto de vista de la razón, o dicho de otra manera, cuál de estos fundamentos científicos no justificados alternativos preferir sería racionalmente arbitrario.”

Cíntora dice que una comunidad científica podría preferir ciertos dogmas por encima de otros debido a impulsos psicológicos o a accidentes históricos o sociológicos.

Para Larry Laudan, el relativismo ha sido el resultado de suponer un modelo jerárquico de la justificación racional y una visión holista del cambio científico. En el modelo jerárquico se distinguen tres niveles, que en orden ascendente son: el de las teorías fácticas, el de las reglas metodológicas y el de los objetivos científicos. Los niveles superiores justifican diferencias de opinión en los niveles inferiores. Así, cuando hay debates en el nivel de las teorías, se pueden superar de forma racional al apelar a metodologías compartidas; si el debate se da a nivel de las metodologías, se apela a los objetivos compartidos. Como los objetivos están en el nivel más alto (como jueces supremos), si surgen debates a este nivel, ya no es posible recurrir a otros niveles para terminar con las diferencias. El resultado es que surge un relativismo de objetivos o fines cognoscitivos básicos. En palabras de Laudan: “Dado que, en este modelo, esos objetivos están en la parte más alta de la escalera justificatoria, aparentemente no hay ningún recurso, ninguna corte de apelación independiente, cada vez que los científicos difieren acerca de asuntos axiológicos.”

El relativismo de objetivos puede ocasionar que surja el relativismo en los otros niveles. Comunidades científicas con objetivos incompatibles pueden llegar a trabajar con sus propias metodologías, lo que a su vez puede ocasionar que cada una plantee teorías fácticas también incompatibles. Las anteriores diferencias no tendrían solución racional.

No profundizaré más en las críticas de Laudan al modelo jerárquico de la justificación racional, sólo mencionaré que para este filósofo, el modelo que Thomas Kuhn desarrolla en "La estructura de las revoluciones científicas" (ver aquí, aquí y aquí) implica un modelo jerárquico con una visión no gradualista (holista). En palabras de Cíntora: “El holismo de Kuhn (o la visión del ‘gran cuadro’ del cambio científico) afirma que los tres niveles del modelo jerárquico cambian conjuntamente y a menudo muy rápidamente, durante las revoluciones científicas.”

Para evitar ambos relativismos (el histórico y el fundacionista), Laudan ha propuesto su propio modelo.

La estructura de las revoluciones científicas se publicó en 1962. A partir de entonces se han presentado diversas concepciones de la ciencia que tienen algunos elementos o ideas en común: la historia de la ciencia permite construir y poner a prueba los modelos de la ciencia, las teorías científicas se construyen y evalúan dentro de marcos conceptuales más amplios, y la racionalidad de la ciencia no puede determinarse a priori. Diversos filósofos han desarrollado sus propios marcos conceptuales o unidades de análisis; los “paradigmas” y los “programas de investigación científica” son ejemplos de unidades de análisis. La “Tradición de Investigación con estructura reticular” es la unidad de análisis propuesta por Laudan.

Las tradiciones de investigación tienen tres elementos, Laudan los toma del modelo jerárquico: las teorías, las metas y los objetivos; pero éstos no se relacionan de forma jerárquica, la justificación es multidireccional y cada elemento puede cambiar con el tiempo. Armando Cíntora explica: “Los métodos aceptados temporalmente justifican las teorías de sus días y son justificados por los objetivos aceptados temporalmente. Estos métodos, a su vez, también pueden ser cambiados por teorías fácticas, y las teorías empíricas y las reglas metodológicas también constriñen el conjunto de los objetivos cognoscitivos racionalmente posibles. De aquí que exista un ajuste y justificación mutua y típicamente no simultánea entre teorías fácticas, métodos y objetivos. Además, ninguno de estos tres niveles es un estrato fundamental o más sólido.”

Este modelo no es holista, es gradualista. Lo anterior quiere decir que los tres elementos no cambian al mismo tiempo. Se puede comenzar con la tríada teorías-métodos-objetivos (T1, M1, O1), pasar a la tríada (T2, M1, O1), después a la tríada (T2, M2, O1) y finalmente terminar con la tríada (T2, M2, O2).

José Marquina afirma que “los problemas relativos a los acuerdos y desacuerdos científicos deben ser analizados desde el punto de vista de la existencia de TI compuestas por tres niveles (teórico, metodológico y axiológico) no jerarquizados, y que componen una retícula que evoluciona paulatinamente y que sólo puede ser evaluada al compararla con las TI rivales.”

Laudan considera que para evitar el relativismo radical, su modelo debe complementarse con una teoría de los objetivos legítimos o permisibles (axiología), en palabras del propio Laudan: “Esto es, una teoría del progreso científico precisa de una axiología de la investigación cuya función es certificar o des-certificar ciertos objetivos propuestos como legítimos… La metodología no va a ninguna parte sin la axiología.”

Cíntora explica que para Laudan los objetivos científicos deben ser consistentes en su conjunto, no deben ser semánticamente utópicos (no deben ser imprecisos, ambiguos, o ambos), no deben ser epistémicamente utópicos (no debe faltar un criterio para determinar cuándo el valor está presente y cuándo no; “la búsqueda de la verdad” es para Laudan un objetivo epistémicamente utópico), debe ser posible alcanzarlos y deben ser consistentes con los logros canónicos de una disciplina científica exitosa.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Cíntora Armando. Los presupuestos irracionales de la racionalidad. Anthropos. 2005.

Marquina José. La tradición de investigación newtoniana. Universidad Autónoma Metropolitana. México. 2006.

lunes, 18 de marzo de 2019

Visiones del mundo bizarro 1

Después de comer uno de los dulces de menta que el diablo me regaló, tuve la visión de un mundo bizarro en el que Jorge Serrano Limón, Carlos Cuauhtémoc Sánchez, el psicólogo Everardo Martínez y el payaso Leito Que Paique tenían su versión bizarra. 



Estaban reunidos platicando sobre cómo combatir el cristianismo. 

Serrano Limón Bizarro dijo: No existen los cristianos porque en realidad nadie es cristiano, hay gente con atracción al cristianismo, que es distinto. Nadie es cristiano porque nunca se ha podido demostrar que exista el gen cristiano, como trata de hacernos creer el lobby cristiano. 

Leito Que Paique Bizarro agregó: Cuando nace un bebé, el médico no le dice a la madre "Felicidades, tuvo usted un cristiano". No le dice "felicidades, tuvo usted un testigo de jehova". 



Carlos Cuauhtémoc Sánchez Bizarro dijo: La conducta cristiana es algo aprendido. La clave es el cerebro. El problema del comportamiento cristiano no es hormonal o hereditario, como bien acaba de argumentar Leito, es un programa grabado en la computadora cerebral, un problema de conducta aprendida. Hay varios factores que predisponen a que alguien se haga cristiano, pero después ahondaré en éstos. Por ahora solo diré que ser cristiano no es una enfermedad sino una conducta aprendida y, por tanto, puede corregirse. 

Serrano Limón Bizarro tomó nuevamente la palabra, solo para decir "Los cristianos necesitan nuestra comprensión, pero no nuestro apoyo." 



Todos aplaudieron. 

Everardo Martínez Bizarro dijo: Los cristianos no existen, como ya se apuntó, quien cree que lo es está confundido, confunde identidad con sentimiento. Sienten que son cristianos, sienten atracción por el cristianismo. Pero todo sentimiento puede corregirse, modificarse o suprimirse. Carlos Cuauhtémoc Sánchez Bizarro y yo podemos hablar de nuestras experiencias con ex cristianos. Tengo un libro con testimonios de ex cristianos, mismos que son puestos en duda por el lobby cristiano. Al lobby cristiano solo le interesa imponer su ideología, no descubrir la verdad. 



Todos volvieron a aplaudir. En este punto pasó el efecto del dulce de menta del diablo. 

Ya les contaré lo que suceda cuando coma otro...

domingo, 3 de marzo de 2019

Los prejuicios del psicólogo Everardo Martínez

En su muro de Facebook, publica el psicólogo Everardo Martínez (a quien ya le hemos dedicado varias entradas en este blog) el siguiente post:



La notica puede leerse aquí

Cualquier persona más o menos lógica verá que la conclusión de Martínez es prejuiciosa (el psicólogo no sabe que una golondrina no hace verano). En internet pueden encontrarse noticias de maltrato y abuso infantil (que incluyen la muerte) por parte de todo tipo de padres (heterosexuales, homosexuales, bisexuales, trans, religiosos, ateos, agnósticos, de todo tipo de profesiones, nacionalidades, etc.) y nada de eso nos puede hacer concluir que el colectivo al que pertenecen esos padres está incapacitado para tener o cuidar niños.  

Mi respuesta fue (Martín Fragoso): 



La noticia a la que hice referencia puede leerse aquí

Respondió lo siguiente (como no entendiendo el punto al que me refería):