martes, 10 de marzo de 2015

Derechos de las personas Trans

Programa transmitido el pasado 5 de febrero.

La población Trans, históricamente estigmatizada y discriminada, enfrenta realidades complicadas. La vivencia de su identidad los hace vulnerables y los limita en el acceso a sus derechos ciudadanos, al trabajo, la educación y la salud, entre otras cosas. Adecuar la documentación oficial respecto a su identidad de género ha sido todo un reto; sin embargo, actualmente ya pueden rectificar el nombre de pila y el sexo que fueron asentados en su acta de nacimiento, y que no corresponden con su identidad sexogenérica. Así, con este logro podrán acceder a los derechos jurídicos y sociales que otorga la legislación en la Ciudad de México.


jueves, 5 de marzo de 2015

TRANSEXUALIDAD EN LA CIENCIA FICCIÓN

Federico Schaffler era el director, editor y distribuidor responsable de la revista Umbrales, literatura fantástica de México. "El Cuerpo" apareció en el número 20 de dicha publicación.

El tema ya no podía evitarse, así que su madre -después de encender un cigarrillo- comenzó con las preguntas:

-Nena, ¿te gustan las mujeres? 

Patricia estuvo a punto de soltar la carcajada y responder afirmativamente. 

Se contuvo. 

-¿Por qué dices eso mami? 

-Tu actitud, cariño, no es la de una muchacha normal... ni papi ni yo queríamos tocar el tema pues... tu accidente, la amnesia, el choque nuestro al darnos cuenta de que estabas viva... mi amor, ahora podemos hablar. Hay comentarios muy desagradables.

Después del accidente Patricia ya no volvería a ser la misma de antes, algo sumamente extraño había sucedido. ¡Error! Ya no se trataba de Patricia...


Gran alboroto se arma en el hospital cuando se percatan de que puede abrir los ojos y moverse. Dos personas a las que no conoce se le echan encima. Abrazos. Lágrimas de felicidad.

“Te queremos, ¡pronto estarás en casa, querida!”

“¿Querida? –pensó él-. ¿Qué manicomio es éste? A pesar de todo, el cansancio era mucho y volvió a dormirse”

Al principio de El Cuerpo, cuento del escritor y periodista Héctor Chavarría (premio Puebla 1985), nos encontramos con que el escritor y científico Antonio Villarreal, a sus 96 años, está agonizando en el hospital. Villarreal había sido “...un hombre en toda la extensión de la palabra, una conjunción de mente y cuerpo dedicada a la hombría, al deporte rudo y a la creación...”.

Antonio Villarreal “Deseaba vivir, lo deseaba con toda la fuerza de su mente poderosa, joven y pujante lo deseó con tanta fuerza que las gráficas del electroencefalograma saltaron desatadas”. A pesar de ello “Antonio Villarreal había muerto. Una de las glorias del país se había extinguido. Triste pero esperado.”

Para la siguiente parte, Chavarría nos tiene una sorpresa, a pesar de todo “Abrió los ojos”. Sí, Villarreal, de alguna manera, había logrado ser rescatado de la muerte.

“Sentía el cuerpo y veía, ya no estaba en la cárcel opresiva del silencio total anterior. Su mente funcionaba como siempre y sus ojos registraban detalles y se sorprendió de tener buena vista... de hecho excelente, cuando antes necesitaba gruesos lentes especiales. Ni siquiera con ellos tenía tan aguda visión.”

Fue cuando se armó el alboroto.

Antonio se lleva una enorme y desagradable sorpresa...

“...y levantó las manos para mirárselas. Sus manos eran uno de sus orgullos: Capaces de realizar una delicada cirugía o ensamblar minúsculos componentes electrónicos... también capaces –en sus buenos tiempos- de romper cuatro gruesas tablas con un tajo. Las miró, con esa extrañeza y aguda vista de que ahora gozaba. No eran sus manos. Sacudió la cabeza y se tocó el pecho... de hecho palpó rudamente un par de enhiestos senos y sintió que el mundo se iba al revés. Con un movimiento convulso llevó las manos a su entrepierna y de su garganta escapó una voz que no era la suya. La enfermera entró y también gritó. Después fue una pesadilla de batas blancas que lograron dominarle. Sintió vagamente la inyección y se sumió en las sombras.”

Antonio Villareal termina aceptando que ahora es Patricia, “una señorita de más o menos 19 años, bien formada, llena de salud, de familia rica. Era una muchacha que había sufrido un accidente de carretera que la había dejado descerebrada... con un cuerpo que sanó gracias a su juventud pero con una mente inútil. Una mente que, de alguna manera había realizado una transferencia con la suya. Era de locos, científicamente imposible. Por lo poco que sabía no parecía haber razón para que la mente de Patricia quedara inutilizada y los médicos habían diagnosticado utilizando el inmenso golfo inexplorado del ‘disturbio psíquico’. Él lo sabía muy bien como médico. Bien, él había ocupado la mente de ella. Por consiguiente Patricia estaba muerta... debía estarlo porque no había recuerdos de ella, dominaba la mente de él. Pero si admitía que la transferencia había sido posible –y lo era- entonces no había manera de saber dónde diablos había quedado la mente de Patricia. ¿Se había trasladado al cuerpo de Antonio Villarreal?”

Patricia era estudiante de medicina, y por coincidencia estudiaba en la misma Facultad en la que Antonio había sido maestro. Antonio se encontró con las amigas de Patricia, trató de ser lo más natural posible. De cualquier forma Antonio comenzó a adaptarse a las nuevas circunstancias:

“Se excusó para ir al baño y estuvo a punto de meterse al de hombres. Sentarse en el retrete era un fastidio pero no podía hacer otra cosa pues las puertas permitían ver parte de las piernas y había ahí otras mujeres. Maldijo con vehemencia encontrarse en los primeros días de la menstruación de Patricia, haciéndose un lío con el Kotex.”

En el relato aparece una reflexión en torno al machismo:

“Era claro que si deseaba sobrevivir sin ir a parar al manicomio tendría que volverse mujer. Sin embargo, siendo un hombre furiosamente libre no podía adaptarse al restringido mundo que la sociedad tenía deparado para una muchacha. Eso le enfurecía y no podía dejar de comentarlo. Como hombre, antiguo dominador, sentía una especial vergüenza por las restricciones que él –no precisamente él, pero sí su sexo- imponían a las mujeres. La furia cuando le trataban como objeto era ilimitada, especialmente cuando insultaban su intelecto con aquello de ‘una mujer no puede entender esto’ o ‘éstas son cosas de hombres’. Patricia-Antonio deseaba y pensaba entonces ‘patearles los huevos’ sabiendo lo que aquello dolía.”

Antonio se encuentra con que su deseo sexual lo comienza a torturar, primero recurre a la masturbación, desgraciadamente no queda satisfecho, por ello decide tener un encuentro con una compañera de Facultad:

“Desgraciadamente Laura no era una lesbiana que deseara adoptar el papel de mujer que ‘Paty’ deseaba sino todo lo contrario. Era una conquistadora, una lesbiana activa. De cualquier manera, los preliminares fueron excitantes para ‘Paty’ y el cunnilingus delicioso, pero la imposibilidad de penetrar a su compañera convirtió todo el asunto en un fracaso. Laura tuvo orgasmo tras orgasmo pero ‘Paty’ tuvo que conformarse con una excitación creciente sin satisfacción.”

Antonio decide dejar la carrera de medicina –ya la había cursado, ¿para qué hacerlo nuevamente?- e ingresa a la Academia de Arte.

Ya en la Academia, Antonio se sorprende a sí mismo observando a sus compañeros y viendo qué tan guapos son. Acudimos al despertar de Patricia. “Súbitamente sorprendió a Patricia soñando con sexo. El cuerpo entonces respondía como lo que era, femenino. Antonio experimentaba la sensación de relajación en la vagina, la humedad producida por las glándulas de Bartholin. Entonces era mujer. Quizá fuera resignación, pero ya no se oponía con tanta fuerza a tales deseos.”

A fin de cuentas, Patricia se manifiesta en su totalidad y termina pidiéndole a Antonio lo que -hasta ahora- éste había evitado: “¡Quiero ir con muchachos!”

Antonio es convencido y se ve obligado a tener su “primera vez”. Posteriormente Patricia encuentra un compañero fijo y...

-Amor –dijo Patricia a su marido- estoy embarazada. 

“¿Qué?, gritó Antonio. 

-¡Mi vida! –dijo el marido. 

A lo largo de todo su trabajo Chavarría logra sorprendernos, y el final no es la excepción.