viernes, 27 de noviembre de 2015

La reina de Hollywood

En el número 17 de la revista Destino G aparece un artículo de Bernardo Monroy sobre el director de cine James Whale, quien era abiertamente gay. 

Whale dirigió Frankenstein (1931), El hombre invisible (1933) y La novia de Frankenstein (1935), entre muchas otras cintas. 




El número completo puede leerse aquí.

sábado, 21 de noviembre de 2015

En un Marte imaginario...

Y ya que mencioné las joterías vividas en la Glorieta de los Insurgentes... Total Recall (Vengador del futuro) es una película de ciencia ficción de 1990 (basada en el relato We Can Remember It for You Wholesale de Philip K. Dick). Fue protagonizada por Arnold Schwarzenegger. 

¿Douglas Quaid (Arnold Schwarzenegger) viajó a Marte en el año 2084 o sólo se trató de un falso recuerdo implantado en su memoria? 

Algunas escenas se grabaron en el metro de la ciudad de México (estación Chabacano, en el tramo que lleva de la línea 2 a las líneas 8 y 9) y en la glorieta insurgentes (línea 1).












Película completa en español:



Y mientras unos metrean, otros...

Si la glorieta hablara... ¡cuántas joterías vividas!


















jueves, 12 de noviembre de 2015

JOTERÍAS NEWTONIANAS

Isaac Newton (¿hace falta decirlo?) es el autor del libro más importante en la historia de la física: Philosophiae Naturalis Principia Mathematica; por si fuera poco, es también el creador del cálculo diferencial e integral (la teoría de fluxiones). La leyenda de la manzana, una de las leyendas científicas más conocida, fue inventada por él mismo. Menos conocidos son sus trabajos alquímicos y teológicos. 



Esta entrada tiene como objetivo comentar no sobre sus trabajos científicos sino sobre su vida afectiva. 

¿Qué encontró Frank E. Manuel en los cuadernos privados que escribiera Newton durante su infancia y juventud? “Es éste un registro de terror psíquico que no se explica sólo por la educación represiva de esos tiempos. Estas notas y ejercicios autoimpuestos son la crónica de la ansiedad, la soledad, la represión de deseos instintivos, la vergüenza, las fantasías de dar muerte a su padrastro, a su madre y así mismo, y el pánico del castigo por todo esto”. Los estudiosos de la vida del genio nos indican que fue un niño que no se relacionaba sin dificultades con otros de su edad, un solitario en Cambridge, un adulto mentalmente perturbado en su edad madura, un autoritario director de la Casa de Moneda y un dictatorial presidente de la Royal Society. 

John Maynard Keynes afirma: “Newton padecía de un tipo muy conocido de lo que hoy vulgarmente llamamos neurosis aguda –de acuerdo con los testimonios- en grado extremo. Sus más profundos instintos estaban ocultos y eran esotéricos, semánticos –con un abismal retraimiento del mundo, un paralizador miedo a exponer sus pensamientos, sus creencias y descubrimientos en toda su desnudez a la inspección y a la crítica del mundo”. 



La teología fue una de sus preocupaciones, y en su convicciones religiosas también es posible advertir su personalidad: Newton creía en un dios vigilante, un dios dispuesto a castigar nuestros pecados, nuestras faltas. El genio sentía que todas sus acciones eran observadas por el Todopoderoso. A los 19 años hizo una lista en la que confesaba sus pecados, en ésta leemos su temor a no estar amando de forma correcta a Dios. Tratar de comprender los designios divinos fue una de sus preocupaciones. 

Newton no dejaba de pensar y trabajar en un problema una vez que éste le interesaba, dejaba de dormir y comer en cuanto un problema se convertía en su obsesión. Vivía en constante tensión emocional, ¿y cuánta ansiedad, inquietud o agitación puede soportar una mente –así sea la de un genio- antes de desmoronarse? 

Hay quien ha expresado que 1693 fue el año negro de Newton. En septiembre de aquel año vio afectada su salud mental, acusó a algunos de sus conocidos de inventar cosas en su contra. 

A su amigo John Locke le acusaba de implicarlo en ¡chismes con mujeres! Una acusación sorprendente pues Newton nunca dejó de ser virgen (al respecto Voltaire escribió: “...en el curso de una vida tan larga, no tuvo pasión ni debilidad; nunca se acercó a ninguna mujer; es lo que me ha sido confirmado por el médico y el cirujano en cuyos brazos ha muerto...”). Newton, entre otras cosas, le escribía a Locke: “cuando alguien me dijo que estaba usted enfermo y que no sobreviviría, respondí que mejor estaría muerto”. 

Newton pudo recuperarse y él mismo reconoció haber perdido su “anterior consistencia mental”, a Locke le explicaba: “El invierno pasado, durmiéndome muy a menudo junto a mis fuegos, cogí la mala costumbre de dormirme en cualquier parte y a destiempo, lo cual, agravándose este verano, ha acabado de desorientarme, de tal modo que cuando os escribí no había dormido ni una hora cada noche desde hacía una quincena y durante cinco noches consecutivas ni un parpadeo. Recuerdo haberos escrito, pero no recuerdo lo que dije de vuestro libro. Por favor, enviadme una transcripción de ese párrafo a fin de que pueda daros una explicación sobre el mismo, si puedo.” 

Locke aceptaba sus aclaraciones: “He sido desde que le conocí, tan devota y sinceramente su amigo, y he creído esta amistad tan recíproca, que no hubiera creído lo que usted me dijo si hubiera venido de otra persona. Sin embargo, aunque no puedo dejar de sentirme extraordinariamente turbado por el hecho de que haya tenido tan equivocados e injustos pensamientos sobre mí, tras ver reparada la buena voluntad que siempre le he demostrado recibo su arrepentimiento como el mejor regalo que podía hacerme, ya que me da esperanzas de no haber perdido un amigo a quien tanto he valorado.” 

Antes de pasar a las especulaciones que se han hecho para intentar explicar esta etapa de la vida de Newton, veamos lo que sucedía en su vida unos meses antes. 

Para poder hacer un mejor juicio acerca de las siguientes líneas es necesario tener en mente que Newton era un solitario, una persona de difícil trato y que no tenía muchos amigos. 

Isaac Newton recibió una carta fechada el 17 de noviembre de 1692: 

Sir, no tengo esperanzas de volver a verle. A mi regreso a Cambridge contraje un grave catarro que ha afectado mis pulmones. Ayer tuve un repentino dolor, probablemente causado sobre el diafragma por la rotura de una úlcera, o una vómica, en la parte más baja del lóbulo izquierdo de mis pulmones (...) Doy gracias a Dios de que mi alma se encuentra muy tranquila, lo cual se debe principalmente a usted (...) Si tuviera menos fiebre, Sir, le diría muchas cosas. Si debo abandonar esta vida, desearía que mi hermano mayor, un hombre de extraordinaria integridad, me sucediera en su amistad. 

Newton se sintió afectado al leer lo anterior, tanto que para contestar contrata los servicios de un correo especial. En su carta urgía a su amigo a que buscara ayuda médica “antes de que sea demasiado tarde. Si necesita dinero, yo se lo proporcionaré. Confío plenamente en la descripción que me hace de las cualidades de su hermano y si mi amistad puede serle de alguna ayuda, se la ofreceré gustoso (...) Rezo por su recuperación.” 

Richard S. Westfall afirma que el amigo de Newton había dramatizado un resfriado, y que ya se estaba recuperando cuando recibió la respuesta de Newton. Pero como la enfermedad persistía Newton le escribe: 

Temo que el aire de Londres sea perjudicial para su enfermedad y, por ello, desearía que se trasladara aquí tan pronto como el tiempo le permita emprender un viaje. Creo que este clima le convendrá mejor. Mr Turretin me dice que está usted considerando la posibilidad de regresar a su país este año. Cualesquiera que sean sus intenciones, no veo como podría usted incorporarse de la cama sin salud. Deseo que venga usted aquí, con el fin de que mejore y ahorre gastos hasta su total recuperación. Cuando se encuentre bien, podrá decidir mejor si regresar a su casa o permanecer aquí. 



Newton recibe la siguiente respuesta: "Iría allí si ése es su deseo y no sólo por motivos relacionados con mi salud o mis gastos; pero le agradecería que fuera más claro en su próxima carta”. Newton le ofreció ayuda financiera, entre otras cosas le comenta: “la habitación contigua a la mía está libre; pero en lo que estaba pensando es en que, puesto que vuestras esperanzas de riqueza tal vez no alcancen para cumplir con vuestro designio de subsistencia en Londres, podemos arreglar las cosas de modo que vuestra subsistencia aquí os resulte más fácil.

Su amigo le escribió en abril de 1693: “Sir, desearía vivir toda mi vida, o la mayor parte de ésta, en su compañía, si fuera posible, siempre y cuando esto no sea gravoso para usted, o una carga para su hacienda o su familia”. 

En cartas posteriores le escribía a Newton que había hecho un nuevo amigo, amigo que le había ayudado a recuperar la salud al darle un medicamento o elíxir. 

La última carta es del 18 de mayo, Newton se enteraba que la herencia de su amigo era realmente pequeña (su madre había fallecido hacía poco), y que su nuevo amigo le invitaba a comercializar el dichoso medicamento (que supuestamente curaba nueve de cada diez enfermedades). Pero para poder participar en el negocio debía obtener su título de médico y para ello necesitaría ayuda económica, algo que le insinuó a Newton. 

Newton se preocupa tanto por el nuevo amiguito de su amigo (¿celos?) como de sus finanzas y entonces decide visitarlo. 

No se sabe lo que ocurrió en las dos visitas (mayo y junio) que Newton le realizó a su amigo, lo que sí se sabe es que terminaron su relación. 

Una “muy particular relación”, según Leibnitz. 

¿Quién era el amigo de Newton? Nicolas Fatio de Duillier. 



Westfall afirma que Fatio era un “brillante matemático suizo”. 

Es posible que Newton y Fatio se conocieran en una reunión del 12 de junio de 1689 de la Royal Society (al poco tiempo nombraron a Fatio -que entonces tenía 25 años- parte de la institución), a decir del mismo Westfall: “la atracción entre ambos fue inmediata” (Westfall no se refiere –al menos no explícitamente- a atracción erótica). En esta reunión Huygens habló acerca de la luz y la gravedad.  

Newton consideraba errónea la idea de los vórtices cartesianos para explicar los movimientos de los planetas. En sus Principia dedica la segunda parte a la refutación de este sistema (para ello se ocupa del movimiento de los cuerpos en medios resistentes y de construir una dinámica de fluidos). Fatio dejó de ser un cartesiano (afirmaba que tal sistema era una idea vacía) y se convirtió al newtonismo. Huygens había escrito su Tratado de la luz. Newton estaba interesado en ese libro, Fatio le comentó que “Estando escrito en francés, quizá prefiera usted leerlo aquí, conmigo” (“Dichoso Newton” comentó a esto Huygens). Todo nos hace pensar –escribe Westfall- que Newton pasó aquel mes (marzo de 1690) en Londres con Fatio, quizá leyendo el Tratado de Huygens. 

Fatio se convirtió en un intermediario entre Newton y Huygens. Decíamos que Newton no sólo trabajó arduamente en filosofía natural y matemáticas; dedicó un esfuerzo igual a la alquimia y la teología. Fatio y Newton comenzaron a compartir intereses. 

Newton, al ser un antitrinitario, difícilmente podía expresar abiertamente sus ideas teológicas (de hecho estas ideas parecen haberlo hecho aún más retraído), pero es seguro que las comentara con Fatio. 

Fatio presumía de entender perfectamente los Principia (el mismo Newton sabía que pocos podrían entender su obra), también afirmaba tener una explicación para la gravedad, Newton sonrió ante esa explicación, con cualquier otro no hubiera reaccionado así (la implacable ferocidad con la que discutía queda de manifiesto en las controversias que tuvo con Hooke, Leibnitz, y Flamsteed). 

¿Quién es el padre del cálculo diferencial e integral: Isaac Newton o Wilhelm Gottfried Leibnitz? Los historiadores nos permiten afirmar que Newton fue el primero en desarrollarlo (1665-1666), y Leibnitz (creándolo de forma completamente independiente) el primero en publicar al respecto (1684). Esos mismos historiadores también nos muestran la lamentable pelea entre ambos matemáticos (la controversia se prolongó hasta varios años después de la muerte de Leibnitz). 

En 1691 Fatio dio su opinión al respecto (opinión que ya podemos adivinar): 

Creo poder asegurar –por todo lo que he visto hasta ahora, entre lo cual incluyo documentos escritos hace muchos años- que Mr. Newton es sin lugar a dudas el primer autor del cálculo diferencial, y que lo conocía tan bien o mejor que Mr. Leibniz, es más, que lo conocía antes de que este último tuviera la menor idea del mismo, una idea que parece se le ocurrió cuando Mr. Newton le escribió sobre el tema.” 

Posteriormente escribió que el cálculo desarrollado por Leibnitz era una “mala copia llena de imperfecciones” del desarrollado por Newton. 

¿Qué sucedió con Fatio una vez que terminó su relación con Newton? Westfall escribe: “La ruptura tuvo efectos devastadores para ambos. Newton consiguió superar su crisis, pero Fatio desapareció completamente de la escena filosófica. Durante cierto número de años, dio vueltas en torno a los círculos intelectuales sin realmente pertenecer a ellos. En 1699, reapareció brevemente en la escena con un tratado matemático, el cual –con una referencia a Leibniz, probablemente encaminada a recuperar el favor de Newton- avivaba las débiles llamas de la disputa sobre la prioridad del cálculo. A principios del siglo XVIII pasó a formar parte de los fanáticos profetas camicards de Francia, y desapareció por completo de la comunidad de filósofos naturales, entre los que su estrella parecía destinada a brillar. Más allá del papel que desempeñó en reavivar la polémica del cálculo, no volvió a tener parte en la vida de Newton”. 

El tratado de Fatio se titulaba Una investigación geométrica dual sobre la línea de máxima pendiente

En resumen: Newton y Fatio se conocen en junio de 1689, su amistad prospera, la relación termina en junio de 1693 y para septiembre de ese año la salud mental de Newton se ve afectada. 

¿Qué trastornó a Newton? A los historiadores no les queda más que especular. Las propuestas son: la desesperación que le produjo el hecho de perder, durante un incendio, documentos importantes; exceso de trabajo; la ruptura con Fatio; su frustración al no avanzar en sus investigaciones alquímicas; envenenamiento por sus experimentos alquímicos. 

En cuanto al posible envenenamiento por practicar la alquimia experimental se puede afirmar que los análisis espectroscópicos hechos al cabello de Newton han mostrado que contiene altas concentraciones de plomo y mercurio. 

Dos de las especulaciones que se hacen acerca del rompimiento con Fatio son: 

*Fatio era homosexual y malinterpretó la amistad de Newton, cuando éste último se percató de los verdaderos sentimientos de Fatio, decidió poner fin a su relación. 

*Fatio y Newton eran homosexuales; rompieron porque a Newton le perturbaba su homosexualidad, para entender esto debemos recordar tanto su personalidad como la idea que tenía de Dios (como mencionábamos al principio, Newton creía en un Dios vigilante y dispuesto a castigar nuestros pecados o faltas). 

Referencias 

Westfall Richard. Isaac Newton: Una vida. Cambridge. Madrid. 2000. 
Varios Autores. Newton. Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. México. 1982. 
Marquina José. JEOVA SANCTUS UNUS, Teólogo y alquimista. Departamento de Física. Facultad de Ciencias. UNAM. 


Joterias newtonianas 2  

Después de haber escrito las anteriores líneas continué buscando información sobre este tema. En el quinto piso de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria se encuentra la sección de ciencias naturales, encontré lo siguiente: 

Paul Strathern, en su libro "Newton y la gravedad" (publicado por Siglo Veintiuno de España Editores en la colección Los científicos y sus descubrimientos, y cuya clasificación -por si a alguien le interesa revisarlo- es QC16 N7 S7718), escribe que Fatio de Duillier era un joven matemático suizo que había conocido al filósofo y matemático alemán Leibniz y al físico holandés Huygens. Sobre el tema que nos ocupa anota: 

"Fatio le cayó bien a Newton de inmediato, y en poco tiempo se había establecido entre ellos un estrecho vínculo emocional. Newton incluso comenzó a hacer generosas referencias a Fatio en sus artículos científicos, en reconocimiento a los retazos de información que Fatio le proporcionaba (lo cual era ya de por sí un gran honor, sin duda). Newton buscó alojamiento cerca de Fatio mientras estaba en Londres, y éste incluso le sugirió que abandonase sus habitaciones en Cambridge y se instalase en Londres. Según Richard S. Westfall, el gran biógrafo moderno de Newton, su relación con Fatio ‘fue la experiencia más profunda que tuvo en su vida adulta’. Cuando estaban separados, se intercambiaban cartas de intenso contenido." 



Según leemos Newton trabajó animadamente en óptica, alquimia y teología: 

"Enamorarse (a pesar de que él no tuviera ni idea de que eso era lo que le había sucedido) le dio a Newton, que por entonces contaba con 48 años, fuerzas renovadas." 

Strathern escribe que un día que Newton fue a misa, su perro Diamond tiró una vela encendida (es la primera vez que leo sobre el perro del genio), tal cosa provocó un incendio que "redujo a cenizas años y años de inestimable trabajo." A esta desgracia le siguieron otras dos: Newton sufre una crisis de fe en la alquimia, y rompe con Fatio: 

"Fatio había estado gravemente enfermo y poco después, sin previo aviso, anunció que su madre había fallecido y que debía volver a Suiza. Newton estaba desolado, no paraba de enviar angustiadas cartas a Fatio, rogándole que se instalase en Cambridge con él. Fatio no se decidía a partir, fuertemente atraído por Newton. El intercambio de cartas llegó a adquirir un tono febril hasta que, de repente, se interrumpió. No podemos hacer nada más que intentar imaginar el por qué". 

Newton pudo recuperarse. Para Fatio las cosas fueron más difíciles: 

"Al parecer Fatio tuvo una depresión todavía peor, desapareció por completo del mundo de las matemáticas, y lo último que se supo de él es que estaba viviendo con una secta religiosa extremista de exiliados franceses. Newton jamás volvería a emprender grandes obras científicas, a pesar de que elaboró sumarios de obras inéditas hasta entonces, que contribuyeron considerablemente a mejorar su reputación. Cuando se recuperó de su enfermedad, sus amigos le animaron a buscar algún tipo de trabajo de prestigio en Londres..." 

Aceptó la dirección de la Casa de la Moneda, ahí se ocupó de la reacuñación y de perseguir exitosamente a los falsificadores de monedas. 

Por su parte, Jane Jakeman, en su libro "Newton. Guía para jóvenes" (de Editorial Lóguez, y clasificación QC16 N7 J3518), escribe: 

"Más ferviente fue su amistad con un matemático suizo, Fatio de Duillier, 20 años más joven que Newton; amistad de naturaleza posiblemente homosexual y emocionalmente muy intensa. Ninguno de los dos hombres se casó jamás. En una carta a su hermano Fatio comentaba: 'Las razones por las que no me casaré probablemente durarán tanto como mi vida', refiriéndose quizás a su relación con Newton." 



Sobre la correspondencia que mantuvieron anota: 

"Las cartas de Newton demuestran unos sentimientos que parecen ir más allá del mero interés por alentar a un joven y prometedor científico. Se vio profundamente afectado cuando Fatio sufrió una grave enfermedad y sugirió al joven que se mudara a Cambridge a una habitación próxima a la suya propia. Se ofreció a pasarle una manutención si no tenía suficiente dinero. Finalmente, el traslado no llegó a realizarse." 

Jakeman expone lo que ya escribí: la relación se interrumpe bruscamente. 

"Parece que Newton estaba profundamente enamorado y encantado con la admiración que le profesaba el joven, demasiado insustancial para resultar una amenaza intelectual, en comparación con científicos como Hooke, con quien Newton se había enfrentado. Ambos tenían un interés común por la alquimia, pero Fatio pudo hablar de ello en público, un tema sobre el que Newton prefería ser discreto, quizás por temor al ridículo." 

Sobre la personalidad del que podría haber sido el "novio" de Newton, Jakeman explica: 

"Fatio tenía una personalidad inestable, experimentaba súbitos cambios de humor, mudando sus planes por menos de nada. Tenía, desde luego, mucho que ganar si lograba el apoyo de los científicos más eminentes de Europa y, al final, Newton debió de intuir su ambición. Su relación se estaba volviendo peligrosamente íntima." 

¿Qué le preocupaba a Newton? ¿Por qué se rompió la relación entre Newton y Fatio? Jakelman plantea una posibilidad

"A estas alturas de su carrera, Newton se había convertido en una figura pública, a quien sus rivales miraban con envidia y si Fatio se hubiera mudado a Cambridge, podría haber sido blanco de las iras homófobas. Cabe recordar que la homosexualidad, en aquella época, no sólo era un delito, sino que además era severamente castigada." 

Después de finalizar su relación con Fatio, Newton perdería su anterior consistencia mental. Jakelman agrega: "Cualquiera que fuesen las causas, el fervor de su relación se apagó, sumiendo a Newton en una profunda depresión que pareció oscurecer su mente." 

Jakelman finaliza este asunto exponiendo algunos detalles del que se conoce como "el año negro de Newton". 

Por supuesto que este tema continuará... Afortunadamente para mi curiosidad, muchos historiadores parecen estar interesados en hacer prensa del corazón.



Actualización. 12 de agosto de 2017.

"¿creen que isaac Newton era gay?", escribió alguien en YAHOO! Respuestas. Alguien más compartió parte de un texto titulado "Joterías newtonianas", mismo que tomó de un blog llamado Las patillas de Asimov.






Y pues sí, yo escribí ese texto.

En el año 2004 tomé, en la Facultad de Ciencias de la UNAM, un curso sobre la vida y obra de Isaac Newton. El curso lo impartió el físico José Marquina, quien se ha dedicado a la historia y la filosofía de la ciencia. De hecho, con Marquina tomé dos cursos de historia y dos de filosofía de la ciencia. Fue el segundo curso de historia el que dedicó al autor de los Principios matemáticos de la filosofía natural (el primero lo dedicó a la Revolución copernicana en general).



En el mencionado segundo curso nos habló de la relación entre Newton y Nicolás Fatio, incluso nos leyó algunas de las cartas que intercambiaron. Posteriormente mi hermana me regaló la biografía que de Newton escribió Richard Westfall, en ésta vienen esas cartas. Así, escribí "Joterías newtonianas" y lo publiqué en mi blog.

En realidad pienso que no hay evidencia contundente (como se afirma en algunos textos, recuerdo que la revista Homópolis incluía uno así), escribí el texto como divertimento y provocación. Posteriormente revisé otros libros y agregué la segunda parte. Por cierto, la respuesta con mi texto tiene cuatro pulgares hacia abajo.



"Jeova Sanctus Unus. Teólogo y alquimista" fue uno de los textos revisados en el curso que Marquina dio sobre Newton, un texto escrito por el propio Marquina. La siguiente imagen es de las páginas 42 y 43:



Aquí puede consultarse el texto.

Recibí varias respuestas a mi primer texto. La siguiente es bastante divertida (ignorando la personalidad de Newton me acusan de "demonizarlo").



Esta otra me parece interesante porque es de un físico que estudió en la Facultad de Ciencias de la UNAM, que hizo su tesis sobre Newton y que conoce las clases de Marquina.







Otros textos que he escrito sobre Newton: El proyecto de Newton, El teólogo pecador y El newtonismo de Newton