viernes, 29 de septiembre de 2017

Diversidad sexual en la TV

La serie Diversos somos se transmite por Canal Once los sábados por la noche, estos son los cuatro primeros:

1. Gays. "Henri Donnadieu es un hombre que se enfrenta a la soledad y al estigma que pesa sobre las personas gay de la tercera edad. Por su parte, Edgar y Jesús son una pareja que quiere formar una familia y vivir plenamente su elección."



2. Bisexuales. "Arturo y Rebeca son hermanos, y son bisexuales; viven su orientación sin conflicto, pues su familia y entorno social respetan sus preferencias. Por su parte, Leticia es una actriz que descubrió su bisexualidad en la edad adulta y nos cuenta cómo vive su experiencia."



3. Lesbianas."Conoce el día a día de Abril y Paula, una pareja que al decidir tener hijos concibió gemelos, conformando así una familia lesbo-maternal. Por su parte, Marlene ha tenido una vida emocional complicada, pero desde que se aceptó como lesbiana encontró la paz que buscaba y logró desarrollar su carrera como escritora."




4. Transexuales. "Marck es un hombre transexual que se dedica al activismo y a acompañar a otras personas en su proceso de transición. Él es muy feliz al ayudar a otros, pues cuenta que encontró la plenitud gracias a su elección de género. Por su parte, Gislenne es una arquitecta transexual que rompe con todos los estereotipos acerca de las mujeres trans."




5. Travestis. "Nadia es una terapeuta que cree en la libertad, especialmente en la de elegir el género sexual. Como forma de protesta, y para potencializar su mensaje, se trasviste de hombre y hace actos públicos: es un drag king. También conocemos la vida de Danna, la personalidad femenina de Isaac, quien ha logrado ser actriz gracias a ser travesti."



6. Pansexuales. "También conocida como trisexualidad y omnisexualidad, la pansexualidad identifica a una persona que siente atracción estética, afectiva y sexual por otro ser humano, sin ninguna etiqueta de por medio. En esta emisión conocemos a Mauricio, que vive con su pareja, Daniel, un chico trans; ambos viven el poliamor y forman un grupo sexo-afectivo con otras cuatro personas con quienes practican la diversidad sexogenérica. Por su parte, Ophelia y Valentina son chicas trans que se han enamorado y viven felices desde que abrieron las fronteras de sus preferencias."

Publicaciones de ambiente

La primera "revista gay" que compré fue la Boys&Toys, posteriormente la Q-eros. En el año 2005, por azares del destino, llegó a mis manos la revista +Kulino, no sé cuántos números habrán publicado, yo sólo conocí el primero y es el que usted puede ver a continuación:



El diablo (o sea el "demoño", no el creador de la revista aunque así le apodaban) dice que si usted quiere ver algunas de las páginas interiores de la revista revise este blog, pero sobre advertencia no hay engaño, si a usted no le gustan las escenas de sexo explícito, no le de clic, el contenido no es para usted.

También conocí otras revistas como Desnudarse, que no estaba dirigida exclusivamente al público gay, la OhM, o las que regalaban en los antros y sex shops como la Homópolis y la SerGay


Buscar información sobre la revista me llevó a este texto sobre publicaciones "de ambiente":

Actualmente se venden varias ediciones destinadas a público gay, algunas de ellas elaboradas en México con material gráfico producido en el extranjero, y otras importadas, principalmente de Estados Unidos y de España, aunque en algunos lugares (Zona Rosa) pueden conseguirse de otros países europeos. Las revistas nacionalesestán dirigidas a dos segmentos de público.

Para el primero, las publicaciones intentan ser de contenido serio, llenando sus espacios con artículos más científicos, escritos con mayor profundidad y respaldados por la firma de personajes respetados en materia científica o comunicativa. Sobresalen en este campo revistas como Desnud-arte y La Manzana de Adán, para todo tipo de público, pero con amplia visión gay; Líbido, para público gay exclusivamente, y Les-Voz, destinada al sector lésbico. Algunos esfuerzos editoriales deesta naturaleza fracasaron, como la revista Homópolis, que se caracterizó por presentar estudios serios y profundos sobre la realidad gay y lésbica, con calidad y firmas de prestigio, la cual desapareció después de nueve números debido a la falta de lectores y de recursos.






Dentro de este segmento puede incluirse otro proyecto editorial novedoso que vio la luz a mediados de 2007, destinado principalmente al público gay, aunque sin renunciar a los sectores lésbicos, que se realiza con una alta calidad de edición ycon venta de publicidad a marcas de prestigio. Se llama OhM y, muy al estilo de la española Zero presenta secciones dedicadas a la actualidad; reportajes; música; diseño y arquitectura; salud y belleza; y moda. Sus tres primeros números llevaronen portada (con entrevista exclusiva incluida) a Miguel Bosé, la cantante Belinda y al actor Luis Roberto Guzmán.



En el segundo segmento tenemos algunas publicaciones como Boys&Toys, Q’eros, Atractivo, Atracción y Adan’es. Aunque tienen diferentes presentaciones y tamaños (y por lo tanto precio), lucen una estructura similar, ya que todas incluyenartículos sobre diversos temas (salud, prevención, consejos, reporte de fiestas y eventos, narraciones eróticas, solicitud de parejas o encuentros sexuales, anuncios clasificados, etcétera) con poca profundidad y extensión, y muestran fotografías de jóvenes desnudos con erección y en aparente actitud de masturbarse. El material escrito es, en su totalidad, propio (salvo indicación en contrario); aunque con el fotográfico esto sólo sucede en una pequeña proporción.





Otras revistas, como ¡Yo lo Viví! y Bolas y Palos, presentan materiales y fotografíasde pésima calidad; sus crónicas, todas exclusivamente de corte supuestamente erótico, escritas por presuntos lectores ávidos de contar sus experiencias, son deplorables, y sus fotografías son tomadas de películas gays o de internet. Su presentación es enblanco y negro, salvo la portada, la contraportada y la segunda y tercera de forros.

Algunas, como Sexo al Gusto Gay y Bombón, sólo muestran fotografías de mala calidad, de hombres desnudos y en actitud provocativa, con brevísimos comentarios de cada una de ellas. Ambas son editadas por Safari Editores.

La publicación bimestral +Kulino merece mención aparte por sus característicasabiertamente pornográficas, aunque de calidad. Su cometido es presentar breves reseñas y fotografías de películas porno gay de actualidad. Su número tres salió a la luz en abril de 2005 con 10,000 ejemplares distribuidos en toda la República, sumás alto tiraje.

Otro tipo de publicaciones son magazines de aparición periódica que sirven deguía de eventos y lugares de reunión. La más antigua, con 15 años en el mercado, es Ser Gay, que cuenta con un tiraje catorcenal de 25,000 ejemplares y dispone de una página electrónica a la cual acceden, en promedio, 3,000 personas al día, de acuerdo con lo expresado por su director, Julio Román. Del mismo género podemos mencionar Homópolis, El Arca de Noé, La Otra Guía, Zona Gay La Guía, y Mujeres Azules, esta última dedicada al público lésbico. En provincia destaca Rola Gay, publicada en Monterrey.


El texto completo está aquí (a partir de la página 116).

jueves, 28 de septiembre de 2017

La heterosexualidad perseguida...

En redes sociales se ha estado comentando la reciente muerte de Hugh Hefner (el día de ayer a los 91 años), el fundador de la revista Playboy. Un interesado en la ciencia ficción comentó, entre otras cosas: "Hefner publicó un MONTÓN de relatos (varios de ciencia-ficción) que ninguna otra revista se atrevía a hacer. “The Crooked Man” de Beaumont, por ejemplo. Una historia sobre un futuro distópico donde la heterosexualidad es perseguida y atacada de la misma manera que la homosexualidad lo era en los años 50s y 60s. Cuando llegó la avalancha de cartas enojadas e indignadas, Hefner respondió que “si está mal perseguir heterosexuales en una sociedad homosexual, también lo contrario está mal”."

The Crooked Man apareció en agosto de 1955 en la mencionada revista.


Así que me puse a buscar más información, que ahora comparto aquí.

En la wikipedia dicen: "Charles Beaumont (2 de enero de 1929 – 21 de febrero de 1967) fue un escritor estadounidense de ficción y horror. Es popular por haber escrito algunos guiones e historias para episodios de la famosa serie The Twilight Zone. El novelista Dean R. Koontz se refirió en una ocasión a Beaumont como 'una de las influencias seminales de todo escritor de lo fantástico y lo macabro.'"


En Lost gay fiction dicen: "En el futuro distópico de 'The Crooked Man', el estigma de la orientación sexual se invierte. La heterosexualidad ha sido prohibida-aparentemente, como una medida para reducir la sobrepoblación. En esta sociedad 'iluminada' las relaciones homosexuales son obligatorias, los heterosexuales pícaros son encarcelados o 'curados', y los niños nacen en laboratorios. Según todos los informes, 'The Crooked Man' provocó un poco de controversia. Hoy en día, proporciona información valiosa sobre los días anteriores a Stonewall."


He aquí algunos fragmentos.

Las siguientes palabras se refieren no a la homo sino a la hetrosexualidad:

"Antes, no era tan malo, no tan malo, de todos modos. Se burlaban de ti, te rechazaban y te despedían de tu trabajo, a veces los niños te lanzaban piedras, pero al menos no te cazaban. Ahora ... era un crimen. Una enfermedad." 

"El vicio está en ascenso en nuestra ciudad. En los rincones oscuros de cada unidad la perversión florece como una flor malvada. Nuestros hijos están expuestos a su hedor, y se preguntan-nuestros hijos se preguntan- por qué no se hace nada para poner fin a esta desgracia. ¡Lo hemos ignorado el tiempo suficiente! Ha llegado el momento de actuar, no de meras palabras. Los pervertidos que infestan nuestra tierra deben ser perfeccionados, eliminados completamente, como una amenaza no sólo para la moral pública, sino para la sociedad en general. Estas personas enfermas deben ser curadas y hechas normales." 

"La enfermedad que lanza a hombres y mujeres, juntos en esta terrible relación anormal y conduce a actos de regresión-retroceso que, a menos que sea detenido y detenido rápidamente, nos empujan inevitablemente de nuevo al estado de animales-esto debe ser considerado como cualquier otra enfermedad. Debe ser conquistado como problemas del corazón, cáncer, polio, esquizofrenia, paranoia, todas las otras enfermedades han sido conquistadas. . . " 

"... el proyecto de ley se convirtió en ley y la ley se llevó a cabo." 


"Jesse bebió un sorbo de whisky, recordando las Cazas. Cómo las muchedumbres frenéticas habían atravesado la ciudad al principio, cantando, gritando, llevando pancartas con lemas: ¡QUITA HETEROS! ¡MATE A LOS QUEERS! HACER NUESTRA CIUDAD LIMPIO OTRA VEZ! Y cómo habían perdido el interés finalmente después de que la pasión se había agotado y la novedad había terminado. Pero habían matado a muchos y habían enviado muchos más a los hospitales..." 

"Recordó las noches de correr y esconderse, el aliento seco ahogado pegado a su garganta, el corazón chasqueando suelto. Había tenido suerte. No parecía un hetero. Dijeron que uno podía decirle a uno simplemente mirándolo caminar. Jesse caminó correctamente. Los engañó. El tuvo suerte." 

"Entonces los escuadrones de la vicios habían venido y cerrado los clubes y los heteros fueron forzados en la clandestinidad y nunca los buscó de nuevo ni los vio. Él estaba solo." 

El protagonista le explica a su pareja (mujer): "No somos lo antinatural, no importa lo que digan. No sé exactamente cómo sucedió-tal vez, tal vez como las mujeres gradualmente se convirtieron en iguales a los hombres en todos los sentidos -o quizás sólo por la forma en que nacimos-, no sé. Pero el punto es, querida, el mundo entero fue como nosotros, una vez. Incluso ahora, mira a los animales ..." 

La historia completa aquí.

lunes, 25 de septiembre de 2017

El Cabaretito que conocí

Entre el año 2001 y el 2002 entré a un Sanborns, me dirigí a la sección de libros y revistas, tomé la tiempo libre y la abrí en la sección LGBTTT (creo que la revista ya ni tiene esa sección y también creo que es porque ahora todo se anuncia en Internet). 

Nunca había visitado un "antro gay", así que me aprendí la dirección de uno y me fui a Zona Rosa. Se trataba de Cabaretito Fusion, en la calle de Londres, pero no el que ahora está en la esquina con Av. Insurgentes norte sino el que estaba entre Amberes y Génova, en el número 117 Bis, prácticamente junto a Plaza la Rosa

Al llegar a Londres comencé a buscar el número que indicaba la revista... Sin darme cuenta, por la acera de enfrente, pasé de largo. Regresé. Ya ubicado el antro noté el joterío a las afueras, me asombró que el barullo me hubiera pasado desapercibido la primera vez que pasé por ahí. 

Después conocí otros antros, y de los Cabaretitos (porque en nuestras instalaciones siempre parece fin de semana, el ambiente lo haces tú, un cabaret con ángel gracias, gracias a ti) mi favorito fue el Neon, que estaba también en la calle de Londres, dentro de la Plaza del Ángel. Pronto cerraron el Fusion, ahora ya ni lo extraño pero al principio sí, curiosamente, si no fuera porque estoy escribiendo estas líneas ni siquiera me acordaría de que alguna vez lo extrañé... 

La última vez que comí en el establecimiento que estaba junto al sitio que ocupó el Fusion fue en diciembre del año pasado, supongo que pedí una torta de pastor (con queso, claro) y una o dos cervezas... me gustaba el lugar. Parece que ambos edificios serán demolidos a causa de los daños que sufrieron durante el terremoto del pasado 19 de septiembre. 



Fotos de Martín Bonfil.

viernes, 15 de septiembre de 2017

La homosexualidad en la obra de Joe Haldeman

En La guerra interminable Joe Haldeman narra los conflictos que enfrentan William Mandella y Marygay Potter, dos individuos nacidos a finales del siglo XX y que fueron reclutados para una guerra interestelar. Humanos y taurinos (extraterrestres con piel anaranjada y arrugada, y tórax “como de hormiga”), pelean por más de mil años. Debido a los efectos de la relatividad, vivieron todo el conflicto.

Al durar tantos años la guerra, la humanidad cambia en cuanto a política, economía e incluso sexualidad.



En el año 2023, cuando la guerra aún no terminaba, Mandela y Potter, junto con otros soldados regresan a la Tierra, el general Bosford les explica:

Creo que el mundo les parecerá muy solitario. De cualquier modo, para que estén mejor informados sobre el tema, les dejaré con el sargento Siri, que acaba de llegar de la Tierra. Adelante, sargento.

—Gracias, general.


Algo en el rostro, en la piel de ese hombre me llamó la atención; al fin comprendí que usaba lápiz de labios y polvo facial; sus uñas eran suaves almendras blancas.


—No sé por dónde comenzar —dijo, mordiéndose el labio superior y mirándonos con el ceño fruncido—. Las cosas han cambiado mucho desde que yo era niño. Tengo veintitrés años, de modo que ni siquiera había nacido cuando ustedes partieron con rumbo a Aleph... Bueno, para empezar: ¿cuántos de ustedes son homosexuales?


Nadie respondió.


—No me sorprende. Por mi parte, lo soy...


¡Y no bromeaba!


—...y creo que una tercera parte de la población de Europa y Norteamérica lo es también. En la India y en el Oriente Medio la proporción es mayor, pero decrece en Sudamérica y en la China. Casi todos los gobiernos propician la homosexualidad, sobre todo porque es un método infalible para el control de la natalidad. Las Naciones Unidas se mantienen oficialmente al margen del tema.


Aquello me sonó a sofisma. En el ejército conservaban una muestra de esperma congelado y sometían a los soldados a una vasectomía; eso sí era a prueba de balas. Pero ya en mi época de estudiante muchos homosexuales de la universidad empleaban ese argumento. Tal vez diera resultado, a su modo; yo habría creído que la Tierra tenía mucho más de nueve billones de habitantes.


—Cuando allá en la Tierra me dijeron que debería hablar con ustedes efectué algunas investigaciones, principalmente entre viejos telefaxes y revistas. Muchas de las cosas que se temían entonces no se produjeron. El hambre, por ejemplo. Aun sin emplear toda la tierra y el mar disponibles logramos alimentar a todo el mundo, con posibilidades para el doble de población, mediante la aplicación de calorías. Cuando ustedes partieron, millones de personas morían lentamente de hambre. Ahora no existe tal cosa.




Después de hablar sobre otros temas como las prisiones y los criminales en esta nueva Tierra, escribe Haldeman: "En respuesta a una pregunta bastante poco discreta, Siri afirmó que no usaba cosméticos sólo por ser homosexual; todo el mundo se maquillaba en la Tierra. Por mi parte decidí comportarme como un inconformista y mantener la cara limpia."

Mandella y Marygay se convierten en pareja a pesar de que los soldados pueden intercambiar parejas sexuales cada noche. Los soldados supuestamente tienen la libertad de volver a enlistarse y continuar luchando contra los taurinos o retirarse de la milicia e incorporarse a la nueva sociedad. La verdad es que les dificultan las cosas para que no tengan más remedio que volver a la guerra. Desgraciadamente, después de algunas batallas más, los separan:

Marygay había sido ascendida a capitán; yo, a mayor, debido a nuestros antecedentes militares y a las pruebas efectuadas en Umbral. Yo sería comandante de una compañía; ella, oficial con mando. Pero la compañía no era la misma. Ella debía encargarse de una nueva compañía que se estaba formando precisamente allí, en Paraíso. A mí me correspondía volver a Puerta Estelar para «adoctrinamiento y educación» antes de asumir la comandancia.

Por largo rato nos fue imposible decir palabra. Por fin afirmé débilmente:


—Voy a protestar. No pueden hacerme comandante.


Ella seguía muda. No se trataba de una simple separación. Aunque la guerra terminara y ambos partiéramos rumbo a la Tierra con sólo unos minutos de diferencia, en naves diferentes, la geometría del salto colapsar abriría entre nosotros una brecha de muchos años. Cuando el segundo llegara a la Tierra, su compañero sería probablemente cincuenta años mayor o estaría ya muerto.


Durante largo rato permanecimos sentados a la mesa, sin tocar siquiera la exquisita comida, ignorantes de la belleza que nos rodeaba, conscientes tan sólo de nuestra mutua presencia y de las dos páginas que nos separaban, con un abismo tan profundo y real como la muerte.


Regresamos a Umbral. Presenté una protesta, pero mis argumentos fueron rechazados. Traté de que asignaran a Marygay a mi compañía; me respondieron que todo mi personal estaba ya nombrado. Señalé entonces que probablemente mis ayudantes ni siquiera habían nacido aún, pero se me indicó que eso no importaba, pues ya estaban nombrados. Cuando observé que quizá pasara un siglo antes de que yo llegara a Puerta Estelar, dijeron que la Fuerza de Choque planeaba en términos de siglos. Nunca en términos de individuos.


Aún pasamos juntos un día y una noche. Cuanto menos habláramos de eso mejor sería. No era sólo perder un amante: Marygay y yo éramos nuestro mutuo vínculo con la vida real, con la Tierra de 1980 a 1990, no ya con esa farsa perversa por la cual nos veíamos obligados a luchar.


Cuando el vehículo de lanzadera que la llevaba partió, fue como si cayera un terrón de polvo en el interior de una tumba. Averigüé los datos orbitales de su nave y la hora de la partida, descubriendo que podría observarla desde «nuestro» desierto.


Aterricé en el pináculo donde habíamos ayunado juntos. Pocas horas antes de la aurora observé la aparición de una nueva estrella en el horizonte oriental; lanzó un fuerte destello y en seguida se alejó, desvaneciéndose hasta convertirse en una estrella común; se tornó más opaca y finalmente desapareció. Caminé hasta el borde del abismo y contemplé la roca desnuda, el fondo erizado de puntas congeladas, quinientos metros más abajo. Me senté con los pies colgando desde el borde, con la mente en blanco, hasta que los rayos oblicuos del sol iluminaron las dunas con un suave y tentador claroscuro de bajorrelieve. Por dos veces, incliné el peso hacia delante, como para saltar. Si no lo hice no fue por temor al sufrimiento o a la pérdida. El dolor sería apenas momentáneo; la pérdida corría por cuenta del ejército. Pero habría sido su victoria definitiva sobre mí: haber regido mi vida durante tanto tiempo e imponerle el final.


Todo eso debía yo al enemigo.



                    Información sobre esta obra aquí

Ponen a poco más de cien personas bajo la responsabilidad de Mandella, quien antes de conocerlas tiene una entrevista con el oficial de orientación cronológica. El orientador le explica: “Lo que yo deseo es, principalmente, prepararle para la presentación a la fuerza, de choque.” Hablan, entre otras cosas, de la heterosexualidad de Mandella.

El mayor Mandella comienza aclarando:

—¡Oh, eso no es problema! Soy tolerante.

—Sí, su análisis caracterológico revela que usted... se cree tolerante, pero ése no es el problema principal.


Comprendí lo que intentaba decir, si no en detalle, al menos en sustancia.


—Sólo las personas emocionalmente estables son reclutadas por la FENU —explicó—. Sé que a usted le resultará duro aceptar esto, pero la heterosexualidad se considera como irregularidad emocional relativamente fácil de curar.


—Si creen que me van a curar...


—Quédese tranquilo, ya es demasiado viejo para eso —dijo, mientras sorbía delicadamente su bebida—. No será tan difícil entenderse con ellos como usted puede...


—Espere. ¿Quiere decir que nadie... que todos los de mi compañía son homosexuales, salvo yo?


—William, todos los terráqueos son ahora homosexuales, con excepción de un millar de personas, todas ellas veteranos incurables.


¿Qué me quedaba por decir?


—¡Vaya manera drástica de resolver la superpoblación!


—Tal vez, pero da buen resultado. La población terráquea se mantiene estable por debajo de un billón de personas. Cuando alguien muere o se va del planeta se anima a otro individuo.


—La gente no nace.


—Sí, nace, pero no al modo antiguo. Se trata de lo que ustedes llamaban «bebés de probeta», aunque naturalmente no se emplean probetas para eso.


—Bueno, menos mal.


—En cada guardería hay una especie de vientre artificial que se encarga de los individuos durante los primeros ocho o diez meses siguientes a la animación. Lo que ustedes llamarían «nacimiento» se produce en un período de varios días; ya no es el acontecimiento súbito y drástico de otros tiempos.


«¡Oh, un mundo feliz!», pensé.


—Sin traumas de nacimiento. Un billón de homosexuales perfectamente equilibrados.


—Perfectamente equilibrados para las normas de la Tierra actual. A usted y a mí nos parecerían algo extraños.


—Ese término es muy suave para el caso —observé, mientras acababa mi cerveza—. En cuanto a usted... ¡ejem!, ¿es homosexual también?


—¡Oh, no! —exclamó, para mi alivio—. En realidad ya no soy tampoco heterosexual.


Se golpeó la cadera con un ruido extraño.


—Me hirieron; resultó que yo tenía una rara afección del sistema linfático y no podía tener descendencia. Desde la cintura hacia abajo no soy más que metal y plástico. Para usar su propia palabra, soy un ciborganismo.


Aquello ya fue demasiado, como solía decir mi madre.


—Oiga, recluta —dije al camarero—, tráigame uno de esos Antares. ¡Estar sentado en un bar con un ciborganismo asexuado, que probablemente era la única persona normal de todo aquel maldito planeta, aparte de mí mismo!


—Que sea doble, por favor.




Posteriormente, Mandella pide platicar con los oficiales superiores (del grado cuatro hacia arriba), entonces plantea su preocupación; que su orientación sexual pueda causar conflictos con el grupo a su cargo.

—En primer lugar, vamos a un problema personal básico —dije, mientras servía la bebida—. ¿Están todos ustedes informados de que no soy homosexual?

Hubo un coro mezclado de «sí señor» y «no señor».


—¿No creen que esto va a... complicar mi situación como comandante entre los soldados?


—Señor, no creo... —empezó Moore.


—Aquí no hacen falta rangos —dije—: estamos en un círculo cerrado. Hace cinco años, en mi propio marco cronológico, yo era recluta. Cuando no haya soldados rasos presentes, pueden llamarme Mandella o William.


Tuve la sensación de que estaba cometiendo un error al decir eso, pero concluí:


—Sigue hablando.


—Bueno, William, tal vez hace cien años habría sido un problema. Ya sabes lo que pensaba la gente por entonces.


—En realidad no lo sé. Desde el siglo XXI en adelante no sé más que historia militar.


—¡Oh! bueno, era... ¿Cómo te diré? Eh, era...


Agitó las manos en el aire. Alserver terminó por él:


—Era un delito. Eso fue mientras el Consejo de Eugenesia trataba de convencer a la gente para que la homosexualidad fuera universal.


—¿Qué Consejo de Eugenesia?


—Es parte de la FENU. Solamente tiene autoridad en la Tierra.


Aspiró profundamente la cápsula vacía y prosiguió:


—Se trataba de evitar que la gente siguiera procreando bebés al modo biológico. Porque A) la gente mostraba una lamentable falta de juicio al elegir al compañero biológico, y B) el Consejo notaba que las diferencias raciales provocaban una división innecesaria en la humanidad. Con un control absoluto de los nacimientos se podría lograr que en pocas generaciones hubiera una sola raza.


No sabía que habían llegado tan lejos, pero parecía lógico.


—Y tú, como médico, ¿lo apruebas?


—Cómo médico no estoy segura.


Tomó otra cápsula del bolsillo y la hizo girar entre el pulgar y el índice, con la mirada perdida, o tal vez fija en algo que nadie veía.


—En cierto modo eso me facilita mucho el trabajo. Muchas enfermedades han dejado de existir. Pero creo que no saben tanto de genética como creen saber. No es una ciencia exacta; quizás están haciendo algo muy mal y el resultado no se note hasta dentro de muchos siglos.


Rompió la segunda cápsula bajo su nariz y aspiró dos veces seguidas.


—Sin embargo —aclaró—, como mujer estoy de acuerdo.


Hilleboe y Rusk asintieron vigorosamente.


—¿Porque así no debes pasar por el proceso del parto?


—En parte por eso —confirmó ella, bizqueando cómicamente al mirar la cápsula para aspirar por última vez—. Sin embargo es sobre todo por no verme obligada a... tener un hombre... dentro de mí. ¿Comprendes? Es desagradable.


—Si no has probado, Diana —observó Moore riendo—, no lo puedes...


—¡Oh, cállate! —exclamó ella, arrojándole juguetonamente la cápsula vacía.


—Pero es perfectamente natural —protesté.


—También lo es andar de árbol en árbol y cavar en busca de raíces con un palo romo. El progreso, mi querido mayor, el progreso.


—De cualquier modo —prosiguió Moore— sólo se consideró delito durante un breve período. Después pasó a ser... ejem... una...


—Afección que se podía curar —completó Alsever. —Gracias. Ahora bien, es tan poco habitual... No creo que los soldados lo tomen muy a pecho, en un sentido o en otro.


—Es sólo un rasgo excéntrico —afirmó Diana, magnánima—. Peor sería que devoraras niños.


—Es cierto, Mandella —concordó Hilleboe—. Mis sentimientos hacia usted no cambian por eso.


—Me... me alegro.


¡Qué maravilla! Comenzaba a darme cuenta de que no tenía la menor idea sobre cómo debía comportarme socialmente. Gran parte de mi conducta «normal» se basaba en un complejo código táctico de etiqueta sexual. ¿Debía tratar a los hombres como si fueran mujeres y viceversa? ¿O tratarles a todos como hermanos? Todo resultaba muy confuso. Acabé de vaciar mi copa y la dejé sobre la mesa.


—Bueno, gracias por la seguridad que me han brindado. En esencia era eso lo que deseaba preguntarles. No dudo que todos ustedes tienen mucho que hacer y gente de la cual despedirse. No quiero retenerles.


Todos se marcharon, con excepción de Charlie Moore. Ambos decidimos pillar una borrachera mayúscula y recorrer todos los bares y clubes para oficiales que hubiera en el sector.


Logramos visitar doce de ellos; probablemente hubiéramos podido completar el recorrido, pero decidí que convenía dormir unas horas antes de la próxima reunión.


La única vez que Charlie me hizo ciertas insinuaciones se comportó con mucha cortesía. Traté de que mi negativa fuera igualmente cortés, pensando que pronto adquiriría mucha práctica en aquellos asuntos.





La guerra termina en el año 3138, el último grupo en regresar a la Tierra y enterarse es el de Mandella. La humanidad ahora es una copia de un mismo individuo que explica que “Aunque soy diez billones de individuos —continuó—, mi conciencia es una sola. Cuando ustedes hayan leído el libro trataré de aclararles este concepto. Sé que no les será fácil comprenderlo. Ya no se animan nuevos individuos, puesto que yo soy el modelo perfecto. Sólo se reemplazan los individuos que mueren. Sin embargo, hay algunos planetas donde los seres humanos nacen a la manera normal de los mamíferos. Si mi sociedad les resulta demasiado extraña podrán dirigirse a uno de esos planetas. En el caso de que deseen tomar parte en la procreación, no he de oponerme. Muchos veteranos me piden que les cambie la polaridad a heterosexual, a fin de adaptarse mejor a esas sociedades. Me es posible hacerlo con toda facilidad.”

Mandella se enterá de la ubicación de su amada Potter: un planeta llamado Dedo medio, "una especie de Coventry para heterosexuales. Lo llaman «base de verificación eugenésica».”


                    Sobre la adaptación a cómic aquí. 

Antes de leer La guerra interminable, leí Una guerra separada. En esta obra Haldeman explica lo sucedido con Potter durante el tiempo que estuvieron separados. Ella, a diferencia de Mandella, tuvo una relación lésbica. Ya escribí de Una guerra separada aquí.

Tengo más interés en las cuestiones sociales que en las tecnológicas o en las estrategias de guerra, por ello es que encontré más difícil leer La guerra interminable que Una guerra separada, en esta última los detalles técnicos, científicos y las descripciones de batallas ocupan mucho menos espacio.

viernes, 1 de septiembre de 2017

Más sobre el "desarrollo de la heterosexualidad"


Las siguientes líneas fueron mi comentario a la publicación de la Clínica VenSer.

Y de igual forma, ofrecer falsas esperanzas no es correcto. Quien afirme que con su “terapia” puede ayudar a superar la “atracción homosexual” debe probarlo científicamente.

Los resultados de las investigaciones científicas muestran la ineficacia de las llamadas medicinas alternativas (homeopatía, acupuntura, quiropráctica, reflexología, flores de Bach, etc.), sin embargo éstas no pierden popularidad o aceptación entre el público que las consume. De ahí que el escéptico Barry L. Beyerstein escribiera el artículo “¿Por qué las falsas terapias parecen dar resultados?”.

Nos recuerda que: “Antes de que alguien acepte tomar cualquier tipo de tratamiento, deberá estar seguro de que ha sido validado con pruebas clínicas propiamente controladas. Para reducir las probabilidades de que la evidencia haya sido contaminada por prejuicios y errores, los consumidores deberán insistir que la evidencia aparezca en publicaciones científicas confiables. Cualquier practicante que no pueda respaldarse con estos procedimientos se hace inmediatamente sospechoso. Los clientes potenciales deben estar alertas si la 'evidencia' consiste en puros testimonios, panfletos o libros autopublicados o bien artículos en los medios populares. Aun si los artículos parezcan venir de publicaciones científicas legítimas, los consumidores deben revisar si las publicaciones en cuestión son de organizaciones científicas con buena reputación.”

En el caso de la “terapia” de “desarrollo de la heterosexualidad genética” ¿hay más evidencia que los testimonios de quienes supuestamente pasaron exitosamente por ésta? Por ahora dejemos de lado la legitimidad científica o psicológica de términos como “heterosexualidad genética” o “desarrollo de la heterosexualidad”, centrémonos solamente en las evidencias de que la terapia funciona.

Veamos una de las diez razones que enumera Barry L. Beyerstein para explicar el aparente éxito de las “terapias alternativas”, ya que podría explicar en parte el aparente éxito de la “terapia de desarrollo de la heterosexualidad genética” (ojo: no digo que no funcione, pregunto si hay más evidencia que los testimonios y, en caso de no haber esa evidencia adicional, el supuesto éxito podría explicarse por otras causas):

“Distorsión psicológica de la realidad. La distorsión de la realidad al servicio de una fuerte creencia es algo común (Alcock 1995). Aún cuando no derivan en mejoras objetivas, los devotos que tienen una fuerte inversión psicológica en la medicina alternativa pueden convencerse de que sí fueron ayudados, según la teoría de la disonancia cognitiva (Festinger 1957). Cuando las experiencias contradicen actitudes, sentimientos o conocimientos existentes, se produce la incomodidad mental. Tendemos a aligerar esta discordia reinterpretando la información ofensiva. El no recibir ningún alivio después de gastar tiempo, dinero y esfuerzo en un tratamiento alterno, crearía un estado de desarmonía interna. Sería psicológicamente desconcertante admitir uno o ante los demás que todo fue un desperdicio, habría una fuerte presión psicológica para encontrar algún valor salvable del tratamiento. Una sensación ilusoria de que los síntomas han mejorado podría también deberse al número de las llamadas características demandadas encontradas en cualquier plano terapéutico. En todas las sociedades, existe la ‘norma de reciprocidad’, una regla implícita que obliga a la gente a responder amablemente cuando alguien es amable con uno. Los terapeutas, casi siempre, sinceramente creen que están ayudando a sus pacientes y es natural que los pacientes quieran complacerlos a cambio. Sin que los pacientes necesariamente se den cuenta, tales obligaciones son suficientes para inflar su percepción de cuánto beneficio han recibido. Por esto se deben colocar controles de los efectos de complacencia en las pruebas clínicas (Adair 1973).”

Quien decide entrar a una terapia para superar la “atracción homosexual” puede estar altamente motivado para tener éxito, pero al encontrarse con que no está obteniendo los resultados deseados podría caer en las situaciones anteriormente vistas. Ha gastado tiempo, dinero y esfuerzo; posiblemente se encuentre presionado familiar y socialmente para lograr la meta u objetivo; puede querer complacer al amable terapeuta que le ofrece la solución a sus problemas, etc. Puede haber entonces también una fuerte motivación para mentir o mentirse a sí mismo. La sospecha de que así suceda hace necesario que se presenten más evidencias que los meros testimonios.

El mismo Barry L. Beyerstein dice: “Por las razones que he presentado, los testimonios individuales no ayudan en la evaluación de terapias… es esencial que cualquier tratamiento se pruebe bajo condiciones que controlen las respuestas del placebo, efectos de complicidad del enfermo y errores de juicio.”

¿Hay más evidencia para la “terapia” de “desarrollo de la heterosexualidad genética” que los testimonios? En caso afirmativo, ¿en qué consiste dicha evidencia?, ¿qué tipo de experimentos o investigaciones se hicieron? Por ejemplo, ¿Se ha intentado probar la reacción fisiológica ante estímulos homoeróticos de quienes dicen haber superado la atracción homosexual?

Tarde de hongos y "turismo gay"

Hoy tocó ir al Instituto de Geografía en Ciudad Universitaria. Cerca del instituto encontré unos hongos muy bonitos. Ya en éste, en las publicaciones que están a la venta, encontré un libro sobre "turismo gay". Ya en la biblioteca lo busqué en el catálogo y resulta que también lo tienen para consulta, ahí dejo los datos de los autores y el índice por si a alguien le interesa.