miércoles, 28 de enero de 2015

A propósito de los 70 años de la liberación de Auschwitz: nazismo y homosexualidad

Paragraph 175 (Párrafo 175) es un documental del año 2000 "que cuenta las historias de varios hombres y mujeres que fueron perseguidos por los nazis gracias al artículo 175, que castigaba la sodomía en el código penal alemán desde 1871. Entre 1933 y 1945 fueron condenadas unas 100.000 en base al artículo 175, de los que la mayoría fueron condenados a prisión o cadena perpetua. Entre 10 y 15.000 fueron internados en campos de concentración, de los que sobrevivían unos 4.000 al final de la Guerra. De esas personas, en el año 2000 sólo se pudieron encontrar diez con vida. En el documental, cinco de esos antiguos perseguidos, todos de más de 90 años, cuentan por primera vez su historia y cierran con ello un capítulo histórico."



Bent es una película de 1997 del director Sean Mathias. Sinopsis: En plena época nazi, Max (Clive Owen) es recluído en un campo de concentración por su condición de homosexual. Pero al llegar allí, se declara judío para llevar una etiqueta amarilla en lugar de rosa, porque cree que tendrá un mejor trato. Todo se complica cuando se enamora de Horst (Lothaire Bluteau), otro recluso que sí luce con orgullo su etiqueta rosa.



Más información sobre el tema aquí.

domingo, 25 de enero de 2015

MÉRIDA, CIUDAD EN LA QUE APARENTEMENTE NADA PASA Y A LA VEZ PASA DE TODO

Raúl Rodríguez Cetina publicó en 1977 la obra El desconocido. En esta obra se muestra la vida de un “fichero”, es decir, de un talonero. El vampiro de la colonia Roma, que se publicó en 1979, también es protagonizada por un sexoservidor.

Oscar Eduardo Rodríguez, autor de El personaje gay en la obra de Luis Zapata, escribe: “Deseo subrayar la cercanía en la figura protagónica que hay entre la mencionada novela de Rodríguez Cetina y la de Zapata, pues en ambas los personajes centrales son chichifos, y se podría considerar El desconocido como un antecedente literario de El vampiro de la colonia Roma.” Al ser interrogado sobre lo anterior, Zapata señaló: “La verdad es que la leí después de escribir El vampiro. Así que por ello no se puede decir que haya ejercido influencia alguna. Lo cierto es que hay temas que están ‘como en el aire’ y uno puede coincidir con otro escritor, pero no hubo influencia puesto que no la había leído antes de El vampiro.”


En el número 72 de la revista Generación apareció una entrevista a Rodríguez Cetina, quien falleció en el año 2009. Se trata de un número dedicado al estado de Yucatán (Rodríguez era de la ciudad de Mérida, y es ahí donde sucede lo que narra en su novela). El texto es de Ricardo E. Tatto, quien escribe que El desconocido tiene innegables valores literarios, y es un “testimonio biográfico en el que se cuenta una época sórdida de Mérida, de la que muchos yucatecos no estuvieron –ni están- al tanto, sobre el mundo gay y el comercio sexual, existente y que, irónicamente hasta hoy permanecen vedadas.”


La novela El vampiro de la colonia Roma está basada en la vida de Osiris Pérez Castañeda. Zapata ha afirmado lo siguiente: “El vampiro es una novela hecha a partir de grabaciones que llevé a cabo con un muchacho que se dedicaba a la prostitución (a la prostitución con hombres, masculina). Hice como seis horas de grabaciones y tomé ciertos elementos, y fui añadiendo otros. La historia en una parte sería verídica, y en otra sería ficticia.”

Adonis García pasa por situaciones terriblemente difíciles (los trastornos que le provocan sus adicciones, por ejemplo) pero el comercio sexual no es una de ellas. De hecho, parece disfrutar de su trabajo, ya que menciona que se le hacía mala onda cobrar por esos servicios. Adonis cuenta más bien con orgullo y sentido del humor acerca de su oficio:

generalmente mis sitios de espera eran ***** ps ***** el sanborns del ángel ***** el de aguascalientes ***** el de niza ***** a veces hasta el de centro médico o el de san ángel ***** porque ya ves que los sanborns tienen un atractivo irresistible para los gayos ***** o si no *****¿sabes qué? ***** me paraba en la esquina mágica ***** ya sabes cuál es ¿no? ***** la de insurgentes y baja california ***** por ahí por donde está el cine las américas ***** le dicen la esquina mágica porque cualquiera que se para ahí liga ***** ya si no ligas es porque estás muy feo o porque de a tiro eres muy pendejo o las dos cosas ***** pero por lo general siempre ligas ***** entonces ahí me paraba ***** ahí estaba todo el tiempo parado ***** o casi todo el tiempo ***** nomás me retiraba para ir a cumplir con algún cliente ***** y entonces dejaba colgado mi letrero ***** “salí a coger” ***** je *****


Durante un tiempo deja su oficio e intenta dedicarse a otra cosa, hasta que:

***** me empezó a entrar no sé qué ***** como nostalgia o como ganas ***** así desas que no puedes controlar ***** de chichifear ***** de volver a llegarle a esas ondas ***** aunque fuera por un rato ***** era como una corriente que me arrastraba sin que me diera cuenta ***** nomás como un deseo ***** pero sin saber de qué ***** entonces ***** te digo ***** lo que me terminó de convencer ***** lo que me dijo “aquí está tu onda” ***** fue un tipo de lo más buenote y cachondo que se me acercó y me ofreció lana para ir a coger con él***** y yo ***** ya te imaginarás ***** como que nomás estaba esperando para regresar ***** ni tardo ni perezoso me fui con él y descubrí ***** bueno redescubrí ***** mi verdadera vocación

Sobre la actitud de Adonis, Zapata dice: “Ahí es donde planteo más concretamente la necesidad de presentar un personaje homosexual que no fuera el típico, el que ha aparecido en el cine o la literatura, ya sea ridiculizado como objeto nada más de burla, o bien desde un punto de vista como muy atormentado por su sexualidad. En este sentido el propósito de la novela era presentar un personaje libre, que ejerce libremente su sexualidad, como le da la gana, sin culpas, ¿no?”


¿Qué pasa con El desconocido? Rodríguez Cetina narró en esa obra lo que le sucedió durante la pubertad: “Para sostenerme, de los 15 a los 18 años me vi obligado a sobrevivir mediante la prostitución.” Su plan era pagarse una carrera de contador y estudiar inglés.


Entonces El vampiro y El desconocido comparten la característica de estar basadas en situaciones reales. Pero difieren en cuanto a la forma en que los protagonistas ejercen la prostitución.


Vemos que Adonis lo hacía de forma desenfadada. Rodríguez Cetina explicó en la entrevista: “Debo aclarar que nunca pude disfrutar del oficio como tal, ya que en mi mente existía una crisis existencial depresiva que me bloqueaba por completo. Esto se debió a que a los 12 años sufrí por una violación de la que fui víctima. Es decir, crecí con miedo debido a que tenía el sexo destrozado. Aceptaba clientes pero estaba aterrorizado por completo.”

El escritor consideraba que el abandono familiar y el desprecio paternal fue lo que le llevó a toparse con el violador, y agregaba que las leyes, en cuanto a pederastia, deberían ser más severas.

Rodríguez explicaba que el comercio sexual se ejercía de forma clandestina, ya que se vivía “en un ambiente de machos homofóbicos descarados y violentos.”

Ricardo E. Tatto pregunta ¿Entonces, ¿en qué sitio se llevaba a cabo el comercio sexual? Rodríguez Cetina respondió: “En esa época lo que teníamos era una concentración nocturna en el zócalo de la ciudad, la plaza grande, céntrico sitio de convergencia no sólo para los prostitutos, sino para toda la sociedad yucateca. Sin embargo, eran otros tiempos y no había un descaro evidente. Todo se hacía ‘bajo el agua’ (...) La premisa era dar rienda suelta a sus preferencias de la manera más discreta posible y desfogar los males del bajo vientre sin ser advertidos.” Era a través de la mirada como se podía descubrir a los prostitutos. “El que quisiera y supiera buscar podía encontrar lo que deseaba.”

Rodríguez Cetina creía que, debido a su juvenil ingenuidad, no captó muchas de las cosas que pasaron a su alrededor. Además de ingenuo era bastante tímido, de manera que “era incapaz de provocar a alguien, siempre fui abordado, generalmente por turistas extranjeros que andaban en busca de carne fresca.” De cualquier forma, a pesar de esa timidez, intentaba destilar sensualidad para atraer clientes (pederastas).

La última pregunta se refiere a la forma en que Mérida se ha transformado en cuanto a la homosexualidad. Rodríguez Cetina consideraba que ya no era una ciudad tan provinciana, “es mucho más cosmopolita que la que a mí me tocó vivir (...) la proliferación de antros y bares gay ha propiciado que la ‘escena’ se difunda y se vuelva común.”

sábado, 24 de enero de 2015

La vida gay en la glorieta del metro Insurgentes o Las glorieteras como objeto de estudio antropológico...

José Ignacio Lanzagorta García, para obtener la maestría en Antropología Social en la Universidad Iberoamericana, hizo un estudio socioespacial de la Glorieta del metro Insurgentes. En la tesis -obviamente- no podía faltar la vida gay en la glorieta.


Escribe el autor:

La Glorieta es esencialmente un lugar de paso, según muestra el grueso de sus observaciones y su actividad íntimamente ligada a los horarios del transporte público. Sin embargo, también la plaza convoca a diferentes personas que buscan permanecer ahí por algún tiempo indefinido e incluso apropiarse cotidianamente del espacio. Una oferta de comercios que bordean el anillo interno de la Glorieta, particularmente, cibercafés, atraen a diferentes personas que requieren de conexión a internet para realizar diferentes trabajos, pasar ratos de ocios o concretar encuentros con otras personas. Jóvenes adolescentes, practicantes de deportes urbanos, parejas, grupos de estudiantes o compañeros de oficina que se dan cita antes o después de la escuela o del trabajo y, muy notablemente, miembros de la comunidad Lésbico Gay Bisexual Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual (LGBTTTI) son algunas de las personas que libremente concurren en la plaza de forma cotidiana.

Según me cuenta Marcos, él y sus amigos van a los bares gay de la Zona Rosa y de la calle de República de Cuba en el Centro Histórico. Salió con uno de “la bolita” en plan de pareja, pero no funcionó. Cuando les pregunto que cada cuánto tiempo se reúnen en la Glorieta, o si tienen alguna rutina para verse me responde uno de ellos que lo hacen más de una vez por semana, que se quedan de ver cada día y se ven los que pueden, los que “caen”. “¿Cómo ves? Somos glorieteras, mana”, me dice Marcos mientras él y sus amigos ríen por “jotear”, con un extraño de aspecto extranjero, esto es, haberme dicho “mana” y referirse entre ellos con un adjetivo en femenino.

Y es que Marcos y sus amigos usan ese término, glorietera, así, en femenino, para referirse a los grupos de adolescentes y jóvenes gay y lesbianas que pasan tardeadas en la Glorieta: platicando, ligando, fumando y, sobre todo “joteando”.


Al pasar por la Glorieta de Insurgentes una tarde entre semana no es raro encontrar un grupo de cuatro hasta diez jóvenes ensayando pasos de alguna coreografía al ritmo de la música que emita una grabadora portátil de alguno de ellos. Para Marcos y sus amigos esas son las glorieteras que “ya no tienen perdón de Dios”, dicen, mientras ríen. Es decir, jotear se presenta como una actividad lúdica y hasta en cierto sentido liberadora, pero siempre bordeando el límite de ser tachado de exagerado cuando se es demasiado exhibicionista. Los que bailan a menudo también son calificados con cierto desdén como “titeras”, en alusión a un conjunto de discotecas de la Zona Rosa llamadas “Cabaretito”, en la que las coreografías son parte de la atracción de la noche.

La tesis completa puede leerse aquí.

jueves, 22 de enero de 2015

Levítico 18:22 o Marvin Harris y los estilos de vida

Hay personas que, cuando se trata el tema de la homosexualidad, de inmediato citan la Biblia. "Dios condena 'el homosexualismo'", argumentan. Parece que a muchos homosexuales creyentes también les preocupa el tema.

Para mí no representa problema alguno lo que la Biblia diga o no sobre los actos homosexuales, no me quita el sueño eso de que los afeminados no heredarán el reino de los cielos. La razón es simple: soy ateo. Identificar a Dios con el dios del antiguo testamento (así, con minúsculas) es como decir que Zeus (o cualquier otro de los millones de dioses que el ser humano ha imaginado a lo largo de su existencia) es Dios. No tengo fe y, por tanto, creo que la Biblia fue escrita por seres humanos sin inspiración divina.

Lo anterior no significa que no me interese saber lo que realmente dicen sobre la homosexualidad tanto el antiguo como el nuevo testamento. Para eso debemos tener presente que la palabra "homosexualidad" es un término de finales del siglo XIX, por tanto, no aparece en la Biblia. ¿Qué términos son los que sí aparecen en estos "textos sagrados" y cuáles son sus significados más precisos?

Última aclaración, me interesa el tema por cultura general y porque deseo investigar o estudiar los fenómenos religiosos. Lo menciono porque los creyentes homofóbicos que carecen de curiosidad e imaginación suelen decir "por algo te preocupas, en el fondo sabes que Dios existe y que el 'homosexualismo' es un pecado" o "si no te preocupa este asunto, ¿para qué lees o investigas sobre éste?"

Ahora sí, vamos al tema de esta entrada.

¿Qué dice la Biblia sobre la homosexualidad?, ¿cuál fue el pecado de Sodoma?, ¿cómo interpretar las palabras del Levítico?, ¿qué significa, en este libro, el término abominación? Pero sobre todo, si realmente el Antiguo Testamento condena los actos homosexuales ¿por qué lo hace? ¿Qué tenían en mente los hombres que escribieron aquello de “no te echarás con varón como con mujer: es abominación”?

Los trabajos del antropólogo Marvin Harris pueden ayudar a encontrar respuestas.

¿Tienen los estilos de vida una explicación racional? Sí para Harris.

Harris defendía que los estilos de vida son irracionales sólo en apariencia. Veamos un estilo de vida: los hindúes se niegan a comer carne de vaca aun cuando mueren de hambre. ¿Es esto racional?, ¿cómo explicar este comportamiento?

En Vacas, cerdos, guerras y brujas Harris examina estilos de vida que, como el ejemplo que mencioné, parecen enigmas insolubles.


En el prólogo explica que ciertos estudiosos de las ciencias sociales consideran que los estilos de vida no pueden ser explicados, esos expertos afirman que “sólo Dios sabe por qué los kwakiutl queman sus casas, por qué los hindúes se abstienen de comer carne de vaca, o los judíos y musulmanes aborrecen la carne de cerdo, o por qué algunas gentes creen en mesías mientras otras creen en brujas.” Pero no pueden encontrarse explicaciones cuando se considera que no hay respuestas satisfactorias a los enigmas.

Harris parte de un supuesto: “la vida humana no es simplemente azarosa o caprichosa.” Así, al investigar teniendo su supuesto en mente, encuentra la recompensa: la anhelada explicación: “Con los años he descubierto que los estilos de vida que otros consideraban como totalmente inescrutables tenían en realidad causas definidas y fácilmente inteligibles.”

Harris era un antropólogo materialista. Afirmaba que los fenómenos culturales pueden explicarse estudiando las circunstancias prácticas. Para este autor, los estilos de vida parecen misteriosos porque se valoran las explicaciones espiritualizadas; en cambio, Harris decía que lo que se debe hacer es buscar las actividades ordinarias (triviales o vulgares) en que se fundan: “Entiendo por explicación trivial o vulgar la que se apoya en la tierra y está integrada por tripas, sexo, energía, viento, lluvia y otros fenómenos palpables y ordinarios.” Así, la razón por la que los judíos no comen carne de cerdo no estaría en los cielos, sino en la tierra. Entonces, siguiendo los argumentos de Harris, la explicación al Levítico 18:22 también estaría fundamentada en cuestiones terrenales.

Pero Harris también explicaba que buscar razones materiales no es fácil, ya que puede ser complicado encontrar los factores materiales que están involucrados en el estilo de vida que se busca comprender: “Cada estilo de vida se halla arropado en mitos y leyendas que prestan atención a condiciones sobrenaturales o poco prácticas.”

Otra dificultad que se presenta es que los que participan en un cierto estilo de vida son incapaces de explicarlo (la conciencia cotidiana no puede explicarse a sí misma), Harris consideraba que nuestro estado mental ordinario es ya una conciencia profundamente mistificada.

Al final del prólogo escribió sobre un tema polémico dentro de las ciencias sociales y la filosofía: ¿pueden estudiarse los fenómenos sociales de la misma manera como se estudian los fenómenos naturales?, ¿puede tratarse la conciencia humana como un objeto? Harris estaba convencido de que es posible dar una respuesta científica a fenómenos sociales como los estilos de vida. Y en su libro hay algunas respuestas, mismas que no consideraba certeras, sino sólo probables y razonables. Y es mejor –argumentaba- una respuesta probable a la falta de respuesta. ¿Pueden existir otras explicaciones alternativas? Claro, y Harris se mostraba dispuesto a preferirlas siempre y cuando “cumplan mejor los requisitos de demostración científica y en la medida que expliquen tanto.” Dos de los estilos de vida que analizó son el amor hindú a las vacas y la razón por la que los judíos no comen carne de cerdo.

Vamos a su obra. No comentaré detalladamente las ideas que desarrolla al respecto, sólo mencionaré que se trata –como ya lo decía el autor en el prólogo- de cuestiones prácticas.

Los hindúes, al no comer carne de vaca, obtienen más beneficios energéticos (la India, afirma Harris, utiliza su ganado vacuno con mayor eficiencia que Estados Unidos). El pueblo elegido, de no haber existido la prohibición de comer carne de cerdo, hubiera afectado dramáticamente el ecosistema.

Sobre este último punto escribe Harris. “Creo que la Biblia y el Corán condenaron al cerdo porque la cría de cerdos constituía una amenaza a la integridad de los ecosistemas naturales y culturales de Oriente Medio (...) los cerdos constituían más una amenaza que una ventaja para las poblaciones agrícolas aldeanas y semisedentarias.” Harris analiza las condiciones existentes en la región y algunos aspectos fisiológicos de los cerdos.

Llegamos a un punto importante: la forma en la que el cerdo se convirtió en un tabú religioso. Harris escribe: “Como sucede con el tabú que prohíbe comer carne de vaca, cuanto mayor es la tentación, mayor es la necesidad de una prohibición divina. Generalmente se acepta esta relación como adecuada para explicar por qué los dioses están siempre tan interesados en combatir tentaciones sexuales tales como el incesto y el adulterio. Aquí lo aplico simplemente a un artículo alimenticio tentador. El Oriente Medio es un lugar inadecuado para criar cerdos, pero su carne constituye un placer suculento. La gente siempre encuentra difícil resistir por sí sola estas tentaciones. Por eso se oyó decir a Yavhé que tanto comer el cerdo como tocarlo era fuente de impureza. Se oyó repetir a Alá el mismo mensaje y por la misma razón: tratar de criar cerdos en cantidades importantes era una mala adaptación ecológica. Una producción a escala pequeña sólo aumentaría la tentación. Por consiguiente, era mejor prohibir totalmente el consumo de carne de cerdo, y centrarse en la cría de cabras, ovejas y ganado vacuno. Los cerdos eran sabrosos, pero resultaba demasiado costoso alimentarlos y refrigerarlos.”

Pero hay también otros alimentos que se prohíben en la Biblia, ¿cuál es la explicación en cada caso? Harris esboza la respuesta, y a continuación anota lo que puede llevarnos a responder las preguntas planteadas al inicio de esta entrada: “Ahora es el momento adecuado para rechazar la afirmación que sostiene que todas las prácticas alimenticias sancionadas por la religión tienen explicaciones ecológicas. Los tabúes cumplen también funciones sociales, como ayudar a la gente a considerarse una comunidad distintiva. La actual observancia de reglas dietéticas entre los musulmanes y judíos que viven fuera de sus tierras de origen del Oriente Medio cumple perfectamente esta función.”

Ahora pregunto ¿cómo explicar la orden “no te echarás con varón como con mujer: es abominación”?

Las preguntas correctas no son ¿por qué Dios prohibió la homosexualidad?, ¿por qué Dios aborrece o condena la homosexualidad? La pregunta correcta es ¿por qué los hebreos convirtieron en tabú religioso la homosexualidad?

¿Se ocupó Harris de este asunto? Si lo hizo, agradeceré que el lector me lo haga saber. Nuevamente transcribo una frase del anterior párrafo: “Los tabúes cumplen también funciones sociales, como ayudar a la gente a considerarse una comunidad distintiva.”

De hecho, Daniel Helminiak, en su texto Lo que la Biblia realmente dice sobre la homosexualidad, es lo que propone.


Helminiak afirma: “De acuerdo con la creencia judía, Israel era el ‘pueblo elegido de Dios’ y estaba unido a Dios por medio de un convenio, un pacto. Ese convenio requería que los israelitas no tomaran parte en las prácticas religiosas de los cananitas, el pueblo que los israelitas habían conquistado ‘con la ayuda de Dios’ y cuyo territorio habían tomado como su ‘tierra prometida’. Para permanecer separados de los gentiles, para ser como Dios el Señor y no como otra gente, era para ser ‘santos’, apartados, ser diferentes, escogidos, parecidos a Dios, bendecidos. Entonces, el cometido principal del código de santidad era mantener a Israel diferente de los gentiles (...) La homogenitalidad hacía que un hombre fuera como un Cananita.Y para los israelitas, el pueblo elegido de Dios, esto era inaceptable.”

¿Será esa la razón de ser de la orden que aparece en el Levítico?

lunes, 19 de enero de 2015

ADONIS GARCÍA, UN ENTRAÑABLE CHICHIFO

En una visita que realicé a la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria encontré el libro El personaje gay en la obra de Luis Zapata de Oscar Eduardo Rodríguez (Editorial Fontamara).

Oscar Eduardo Rodríguez considera que Luis Zapata es “el más prolífico escritor de literatura homosexual mexicana, su obra no sólo es reconocida en nuestro país, sino también en el extranjero.” De ahí que Oscar Eduardo se diera a la tarea de realizar un análisis de algunas de las obras de Zapata. Analiza cuentos y novelas, pero sólo me referiré a lo que comenta sobre El vampiro de la colonia Roma.


EN EL PRINCIPIO FUE LA FIESTA DE LOS LILOS

En la introducción el autor dedica algunas líneas a la forma en la que ha evolucionado en México la literatura homosexual. Se hace alusión al “baile de los 41” ya que Luis Mario Scheider lo señala como antecedente histórico de esta literatura en nuestro país.

El “baile nefando” dio lugar a una serie de textos “con formato de narraciones, chistes satíricos, artículos de fondo, cartas amorosas o poemas que ridiculizaban el acontecimiento.” En 1906 se publicó la obra "Los cuarenta y uno. Novela crítico social" de Eduardo A. Castrejón; esta novela condena y satiriza los actos homosexuales.

El repaso que Luis Mario Scheider hace de la literatura mexicana con temática gay va de los textos que se produjeron a raíz del baile de los 41 a la obra Utopía gay, escrita por José Rafael Calva y publicada en 1983.

Sobre el baile de los 41, Oscar Eduardo anota: “Ese comentado escándalo dio como resultado el anatemizar, en nuestro país, el número 41 en todas sus aplicaciones convirtiéndolo en sinónimo de afeminamiento y mariconería. Como dato curioso, hasta la fecha, en la ciudad de Mérida algunos taxistas dicen, con cierto dejo despectivo, ‘empieza la cuarentera’ para referirse al momento en que los gays salen de los bares buscando un taxi.”

Hace varios años, durante la Semana Cultural Lésbica Gay en el Museo Universitario del Chopo, asistí a una conferencia sobre la homosexualidad en el cine mexicano. En dicha conferencia se presentó un extracto de la película “Modisto de señoras” (1969), misma que protagonizó Mauricio Garcés. El personaje interpretado por Garcés es un diseñador de modas que para tener éxito tiene que hacerse pasar por homosexual, en cierto momento le preguntan cuántos años tiene, a lo que responde que 41.



¿ANTECEDENTE?

Luis Mario Scheider, en el repaso mencionado, menciona la obra El desconocido de Raúl Rodríguez Cetina, misma que se publicó en 1977. Esta obra muestra la vida de un “fichero”, es decir, de un chichifo o talonero. El vampiro se publicó en 1979. Anota Oscar Eduardo: “Deseo subrayar la cercanía en la figura protagónica que hay entre la mencionada novela de Rodríguez Cetina y la de Zapata, pues en ambas los personajes centrales son chichifos, y se podría considerar El desconocido como un antecedente literario de El vampiro de la colonia Roma.”

¿Influyó en Zapata la obra de Rodríguez Cetina? Al hacérsele esta pregunta, Zapata respondió: “La verdad es que la leí después de escribir El vampiro. Así que por ello no se puede decir que haya ejercido influencia alguna. Lo cierto es que hay temas que están ‘como en el aire’ y uno puede coincidir con otro escritor, pero no hubo influencia puesto que no la había leído antes de El vampiro.”


¿UN EXPERIMENTO MALOGRADO?

¿Qué rasgos de la obra de Zapata analiza Oscar Eduardo Rodríguez? Los aspectos formales y estructurales, estilísticos, psicológicos y sociológicos.

El humor y el cine son dos de los factores que pueden encontrarse en los textos de Zapata.

Oscar Eduardo afirma que el humor de Zapata en ocasiones es blanco, en ocasiones negro o ácido, frecuentemente irónico, esto “permite enfocar la figura del homosexual a través de una lente más humanizada, menos estereotipada y más libre de prejuicios." Resalta Melodrama (1983) “obra con la que el autor busca hacer una parodia del género cuyo nombre utiliza como título de su novela.”

Por otro lado, Zapata construye, en El vampiro, un personaje con gran sentido del humor: “Ante sucesos que podrían haber amargado la vida de cualquier otra persona, Adonis reacciona con sarcasmo o con gran sentido del humor o con una mezcla de ambos (...) En Adonis, como en cualquier otro personaje de la picaresca, hay inteligencia, una voluntad muy determinada para no dejarse abatir ante la adversidad y un gran sentido del humor como armas de supervivencia.”

La relación de Zapata con el cine es un factor que influye en la estructura narrativa de algunas de sus historias, sobre todo en la composición de La hermana secreta de Angélica María (1989). Sin embargo, en El vampiro de la colonia Roma son pocas las alusiones al séptimo arte; tal vez porque Adonis descubre que es posible ir al cine a hacer algo más que ver películas.


¿Literatura homosexual o simplemente literatura? ¿De qué sirve el término “literatura homosexual”?, ¿es adecuado?, ¿es algo más que una mera etiqueta? A pesar de haber estado utilizando este término, Oscar Eduardo reflexiona sobre las preguntas anteriores. Otra pregunta: ¿Cómo clasificar adecuadamente El vampiro de la colonia Roma? Oscar Eduardo escribe: “Por su temática puede ser inscrita en varias categorías tales como: literatura gay, novela de género picaresco e incluso como material de referencia para estudios sociales y antropológicos en torno a la prostitución masculina. Todo lo cual habla de su riqueza como obra literaria y de su actualidad, vigente en muchos aspectos aún a veinticinco años de su primera aparición.”

En una entrevista de 1987 el mismo Zapata expresaba que la novela fue mejor recibida en Estados Unidos que en México, ya que llegó a un medio sin prejuicios como el machismo. Sin embargo, Oscar Eduardo hace referencia a una crítica de J.S. Brushwood: Zapata “oscurece su capacidad narrativa al elaborar un malogrado experimento, usando espacios en blanco en lugar de puntuación.”

¡¿Experimento malogrado?! Esta es una de las cosas que me gustan de la novela. Oscar Eduardo expresa: “Estos espacios son un recurso utilizado magistralmente a lo largo de toda la novela y, en mi opinión, distan mucho de ser, como opina Brushwood un malogrado experimento debido a la falta de puntuación, ya que al jugar con tales espacios, en combinación con el contenido del monólogo, sirve al autor para dirigir el curso del mismo y, por ende, de la historia. Es admirable constatar como se cumple lo que tan bien señala J.J. Blanco ‘el truco de Zapata es acertado: excluirse de la novela para dejarle al personaje toda la cancha.’ Y este truco tiene su sustento justamente tanto en el uso de los espacios en blanco como en el hábil manejo del discurso narrativo.”


ENTREVISTA CON EL VAMPIRO

He aquí un dato que -además de sorprenderme- me fascinó.

Zapata creó su personaje a partir de una persona que realmente existió: Osiris Pérez Castañeda, quien murió a principios de los 90. Al respecto ha afirmado lo siguiente: “El vampiro es una novela hecha a partir de grabaciones que llevé a cabo con un muchacho que se dedicaba a la prostitución (a la prostitución con hombres, masculina). Hice como seis horas de grabaciones y tomé ciertos elementos, y fui añadiendo otros. La historia en una parte sería verídica, y en otra sería ficticia.”

Una crítica señaló que el relato de Adonis es recuperado del diván de un psiquiatra, pero el propio Adonis está consciente de que con su testimonio se escribirá un libro (“no le pongas ‘gacho’ en el libro ¿eh?’, ‘pero ps ésa ya la dejamos para otra ocasión ¿no? para otro libro’).


UNA VÍA PARA EL AUTOCONOCIMIENTO

Adonis García no es un tipo maleado, chichifea pero jamás trata de hacer daño, y en muchas ocasiones tiene la oportunidad de hacerlo. No leemos que haya robado para conseguir alcohol o comida. No leemos que le haya robado la cartera a alguno de sus clientes. Con Zabaleta (que es millonario) tiene la oportunidad de robar en grande, y no lo hace.

Afirma Oscar Eduardo que a Adonis su primera experiencia sexual le hace llegar a la convicción de que lo único que vale es el hedonismo puro. Sin embargo no se convierte en un vividor o en alguien sin código moral, tiene sus propias reglas y límites. Según Oscar Eduardo, Adonis, en sus experiencias como chichifo, procura comportarse como un buen cuate: “Sin embargo, salta a la vista que Adonis es alguien a quien le gusta la vida fácil, sin más ambición que sus propias ensoñaciones, en cuya realización no pone gran empeño. Considero que vivir inmenso en la complacencia de los sentidos, obviamente en la medida de sus posibilidades, lo llevan hacia el narcisismo observable en sus fantasías, como la de que algún día, al alcanzar la fama en su oficio, vería su propia estatua en la esquina que más frecuentaba.”

Ejercer la prostitución no lo malea sino que le permite aprender sobre el ser humano y sobre sí mismo, en palabras de Oscar Eduardo: “(con el comercio sexual) logra, sin realmente habérselo propuesto, aprender a conocer un amplio espectro de la naturaleza humana al mismo tiempo que conocerse mejor a sí mismo. El narrador no pretende nunca justificarse, ni ser justificado. Nada de lo que dice tiende a ello, entonces es fácil deducir que sólo se limita a dejar abierta la puerta de su ‘yo’ interno para ser conocido también por dentro.”


JOTEAR O NO JOTEAR

En un apartado titulado Un vampiro de ambiente, el autor afirma que Adonis no suele jotear, y que cuando usa expresiones de ambiente, aclara su significado. También nota que una frase muy usada por Adonis es “de repente”, lo que indica que carecía de planeación en su vida: “Ciertamente es propio del héroe de la picaresca vivir al día.”

Sobre el lenguaje de Adonis, leemos: “el narrador tiene una amplia competencia lingüística, no tanto en riqueza léxica, como en su capacidad de contextualizar su azarosa experiencia de la vida. Su manera de expresarse arroja muchos modismos del caló de la clase media de la ciudad de México de los años 70 (...) Algo que llama mucho la atención es que, aunque el personaje se ve y se identifica a sí mismo como un homosexual (...) su habla difiere mucho del estereotipo gay. Con contadas excepciones, no ‘jotea’, es decir, no hace uso de los vocablos, giros y expresiones atribuidas al habla homosexual que, según Susan Sontag, son ‘una especie de código privado’.”

Adonis no jotea porque no es una loca. El vampiro dice que las locas son las que desprestigian a los “homosexuales de corazón”, a los “homosexuales serios”, “a los que no tenemos que andar gritando a los cuatro vientos que somos putos.”

En las novelas y cuentos de Zapata aparecen homosexuales muy diferentes, lo mismo se puede afirmar de El vampiro. Oscar Eduardo dice que ha contado 49 homosexuales en esta novela, todos ellos con personalidades y preocupaciones distintas. Para Adonis se puede diferenciar entre jotos, locas, closeteros, chichifos y bisexuales; todos ellos son parte de “la gran comunidad gaya”.

La homofobia se presenta de distintas formas en los medios de comunicación, dos de ellas son las siguientes: se personifican homosexuales que puedan ser ridiculizados, o se representa al homosexual como alguien destinado al sufrimiento (no podía ser de otra forma, una perversión así impide el bienestar o la felicidad). Sobre esto y sobre Adonis García, Zapata ha expresado lo siguiente: “Ahí es donde planteo más concretamente la necesidad de presentar un personaje homosexual que no fuera el típico, el que ha aparecido en el cine o la literatura, ya sea ridiculizado como objeto nada más de burla, o bien desde un punto de vista como muy atormentado por su sexualidad. En este sentido el propósito de la novela era presentar un personaje libre, que ejerce libremente su sexualidad, como le da la gana, sin culpas, ¿no?”

domingo, 18 de enero de 2015

Pues veo que uno de mis primos por parte de madre es homofóbico...

Mi familiar comenta en su facebook las siguientes noticias:


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En el caso de los gemelos que salen del clóset, prefiero la reacción de este joven que la de mi primo (al final dejo el video subtitulado de los gemelos):





Dos rayas más al tigre...


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sábado, 17 de enero de 2015

¿No que no?

Hace unos días los orgullosos vecinos de Lot otorgamos el premio Vade Retro Satana -un reconocimiento a las mejores manifestaciones homofóbicas- al registro civil de Mexicali, Baja California, a la Coalición de Familias de Baja California A.C. y a la ciudadana Angélica González Sánchez (ver aquí). 

A pesar de la homofobia manifestada, al fin se casaron Víctor Manuel Aguirre y Víctor Fernando Urías. 



LA HOMOSEUALIDAD DURANTE EL PORFIRIATO (Segunda parte)

Baños públicos de ambiente en la ciudad de México


En la primera parte mencioné que algunos de los que participaron en el llamado "Baile de los 41" fueron encarcelados y enviados a Yucatán a realizar trabajos forzados. ¿Qué sucedió con quienes permanecieron en la ciudad de México? Mílada Bazant (autora del texto comentado) dice: “siguieron ‘luciendo sus bellas figuritas por todas partes’ como si nada hubiera pasado. Mantuvieron la costumbre de frecuentar los baños públicos, sobre todo los afamados, recién remodelados baños turcos de la Gran Alberca Pane, ubicados en Paseo de la Reforma, conocidos, aún por las autoridades, como centros de ligue para homosexuales.”

¿Cómo se daba el "ligue"?, ¿quiénes frecuentaban esos baños?, ¿qué hacían las autoridades al respecto?

En la biblioteca de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa puede consultarse Miradas recurrentes, la ciudad de México en los siglos XIX y XX. Se trata de una obra, en dos volúmenes, coordinada por María del Carmen Collado y publicada en el 2004 por el Instituto Mora y la UAM Azcapotzalco.

En el prólogo se explica que los trabajos que integran la obra originalmente fueron expuestos en el Coloquio Internacional de la Ciudad de México, Pasado y Prospectiva, mismo que se llevó a cabo en el Instituto Mora en noviembre de 2001. Historiadores, geógrafos, sociólogos, hombres de letras y humanistas escribieron sobre el pasado, presente y porvenir de la ciudad de México; se ocuparon tanto del territorio citadino, es decir, de la ciudad como personaje, como de la sociedad y los aconteceres urbanos, esto es, de la ciudad como escenario.

María del Carmen Collado explica: “He preferido ser inclusiva, incorporando tanto los trabajos que estudian la ciudad como sujeto, como aquellos que la asumen como escenario, aun a costa de que esta selección pudiese ser juzgada poco rigurosa.”

La obra trata cuestiones como la llegada de la fotografía a la ciudad, la historia del Paseo de la Reforma, la publicidad en las calles, el proyecto urbano de Lázaro Cárdenas, el pasaje Savoy, los oficios que se ejercían en el siglo XIX, etc.

Miradas Recurrentes resultará sumamente interesante para aquellos que deseen conocer más acerca de la Ciudad de México.


En el segundo volumen hay un apartado titulado Identidad y espacios homosexuales. Este apartado consta de tres textos, el primero se ocupa de los baños públicos durante el porfiriato, el segundo trata de los bares gay, y el último del teatro gay.

Ahora sólo me referiré al primer texto: Entre lilos limpios y sucias sarasas: la homosexualidad en los baños de la ciudad de México, 1880-1910. Víctor M. Macías González es el autor.

Sobre la situación durante el virreinato el autor dice que las autoridades hacían lo posible para evitar las prácticas homosexuales en lugares de esparcimiento acuático: “el clero y la corona vigilaban sigilosamente las turbias aguas y oscuros recovecos de albercas conventuales, temascales populares y estanques colegiales donde los bañistas se entregaban a desatadas lujurias y concupiscencias. Puesto que los espías del Santo Oficio habían descubierto la existencia de una numerosa comunidad ‘somética’ cuyas redes afectivas tenían como punto de encuentro los baños de México y Puebla, las autoridades virreinales hicieron numerosas redadas de bañistas.”

Pasemos al porfiriato.

El autor explica la importancia que tenía el baño para los pedagogos, higienistas y sociólogos de este régimen: podía transformar al país. Un ciudadano limpio equivalía a “un mexicano emprendedor, trabajador, moderno, obediente y útil a la patria.”

El régimen porfirista comienza a reglamentar los baños en 1892, el principal objetivo era luchar contra las epidemias. Empresarios y empleados permanecían alertas ante posibles apariciones de síntomas de diferentes enfermedades; cualquier sospechoso era reportado ante el Consejo Superior de Salubridad.

El baño diario era también un signo de modernidad: “los baños facilitaban un México limpio, pulcro, y restregado frente a una Europa sucia y mugrosa.”; durante esta época se trató de mejorar las instalaciones de los baños, ya lo veremos más adelante.

Pero el baño diario no estaba al alcance de cualquiera, sólo las capas medias y altas podían tener acceso a éste. Los más pobres veían con desconfianza el hábito diario del agua y el jabón, lo cual queda de manifiesto en frases como “de los baños, menos provechos que daños” o “más vale oler a puerco que a muerto”. Los porfiristas trataban inútilmente de convencer al vulgo de las bondades del baño diario, pero no se trataba sólo de una cuestión de actitud: el baño diario era un lujo, no estaba a su alcance, los precios de los baños públicos eran demasiado altos para los salarios que recibían los obreros. Por ello es que los dueños de los baños públicos se enfocaron en las clases medias y altas.

Explica el autor: “Ya sea por su cultura, valores o riqueza, estas capas –y sus gustos y prácticas de ocio- influyeron fuertemente en el desarrollo y diseño de los baños hacia mediados del porfiriato. Así, los empresarios bañeros dedicaron grandes capitales a ajuarear sus locales para atraer, cultivar y competir entre sí por una clientela relativamente pudiente y, en su mayoría, masculina.”

Los burgueses no tenían la necesidad de asistir a los baños públicos, contaban con baño en sus casas, en realidad lo hacían para socializar. En los baños convivían y charlaban intelectuales, artistas, militares, profesionistas, etc.

Baños, gimnasios y clubes atléticos comenzaron a ser frecuentados por la burguesía. Nuevamente cito al autor: “La industrialización, la urbanización, el auge comercial y la ampliación de la burocracia incrementaban la población masculina clasemediera de la capital, al mismo tiempo que entre la juventud burguesa se iban difundiendo pautas de consumo conspicuo.”

¿Por qué comenzaron a hacerse populares los clubes atléticos, los gimnasios, las asociaciones deportivas y los baños? En el texto se explica que con los cambios culturales, económicos y sociales, vinieron ajustes en los modelos de masculinidad: se debía mostrar fuerza, vigor, reafirmar la hombría; y una forma de hacerlo era mediante el deporte y el fisicoculturismo.

Pero, en palabras de Víctor M. Macías, “la desnudez presente en estos lugares de afirmación masculina se convirtió en su talón de Aquiles. La presencia de tantos ‘adanes’ en vestidores, salones de masaje, albercas, baños y demás estancias transformó estos sitios en los primeros reductos de la homosexualidad en el país. Cuál sería el horror de los mandarines porfirianos cuando los lujosos baños de la capital del país, en vez de lucir como escaparates para los adelantos del régimen, ¡se convertían en el espacio homosexual urbano por excelencia!”

A partir de un estudio realizado en 1885 (y que duró cinco años) y que ponía en evidencia las pésimas condiciones de las instalaciones de los baños, éstos comenzaron a ser remodelados.

Se explica la situación de los baños de la Alberca Pane: se convirtieron en los más lujosos y modernos del país: “Instalada sobre la más elegante arteria de la ciudad, el Paseo de la Reforma (frente a la glorieta del Monumento a Colón) y con su propio ramal de tranvía, la Alberca Pane lucía los últimos adelantos hidroterapéuticos, baños sauna y vapores. Contaba además con una sala de masaje, gimnasio, peluquería, cantina, salones de lectura, jardines y albercas al aire libre. Sus interiores brillaban con gran profusión de mármoles nacionales e importados, finos acabados, muebles espléndidos, cuadros exóticos, e interesantes aparatos eléctricos y mecánicos.”

Un grupo de niños se preparan para lanzarse del trampolín en la Alberca Pane alrededor de 1918. Este popular espacio de recreación, abierto en 1872, estuvo en la esquina de Atenas y Versalles, a unos pasos de la glorieta de Colón; hacia finales de los años treinta cedió su lugar a un taller automotriz, demolido recientemente. Imagen: INAH


El resultado de esta remodelación fue que otros empresarios se vieron obligados a mejorar las instalaciones de sus baños.

De esta forma, hacia 1890 los baños de la ciudad de México se convirtieron en “el espacio homosexual urbano por excelencia durante el porfiriato. Así, resurgieron los lugares de esparcimiento acuático, que ya desde el virreinato habían facilitado el desarrollo de redes sociales y afectivas para hombres que se sentían atraídos por otros hombres, como lugares idóneos tanto para la elaboración de una estética homosexual, como para la construcción de una identidad homosexual basada en el consumo, el lujo y la geografía del baño. Los vestidores de los baños, las duchas, los vapores, los gimnasios, los salones de masaje y demás estancias eran los únicos lugares en el paisaje urbano donde se podían congregar hombres desnudos sin levantar sospecha alguna y, mediante observación furtiva, miradas soslayadas y comentarios discretos, conocer y reconocer a los que compartían su atracción por sus semejantes.”

A continuación el autor describe la forma en que se daba el “ligue”, y cómo lo favorecía la configuración del lugar. Comenzaba en la gran alberca (cabían hasta 150 personas), y podía continuar en el vapor o sauna. El ligue también podía darse en el gimnasio o en las salas de lectura: “la geografía del baño permitió al homosexual porfiriano encontrarse con sus semejantes.”

¿Cómo terminó todo esto? Las críticas al régimen de Porfirio Díaz no se hicieron esperar. Se cuestionó la capacidad de las clases acomodadas para dirigir el país, se les veía como hedonistas entregados al placer y al materialismo; se decía que los ricos se habían convertido en “decadentes, blandos, enclenques y frívolos seres afeminados.”

¿Cómo reaccionaron las autoridades ante estas críticas? Su respuesta fue aumentar la vigilancia en gimnasios, albercas, baños, dormitorios, escuelas y cuarteles.

Los empresarios afirmaban que en sus instalaciones no se daban ese tipo de conductas; reglamentaron de forma estricta sobre el tiempo que podían permanecer los clientes en ciertas estancias, de igual forma, se prohibió que los clientes pudieran tocarse. Así trataban de evitar los ligues homosexuales.

Al final del texto el autor anota sus amplias referencias bibliográficas.

Enlace relacionado: Contexto social de la época y el caso de los 41.

viernes, 16 de enero de 2015

miércoles, 14 de enero de 2015

LA HOMOSEXUALIDAD DURANTE EL PORFIRIATO (Primera parte)

Cuando en México se inventó la homosexualidad


Los elegantes carruajes llamaron la atención de los gendarmes, quienes decidieron inspeccionar aquella casa en la que se celebraba un baile. Los policías tuvieron que esperar algunos minutos, pues los invitados, entretenidos como estaban, tardaron en percatarse de que llamaban a la puerta. Enorme fue la sorpresa de los guardianes del orden, pues les abrió un hombre “vestido de mujer, con la falda recogida, la cara y labios llenos de afeite y muy dulce y melindroso de habla.” Aquel caballero no era el único vestido de mujer, muchos otros “llevaban pelucas, pechos postizos, aretes, choclos bordados y en la cara tenían pintadas grandes ojeras y chapas de color.” En realidad, en aquella fiesta no había más que una mujer, ¿cuántos hombres se encontraban presentes y cuántos de ellos vestían de mujer? La respuesta está en el corrido que compuso Vanegas Arroyo:

Hace aún muy pocos días
Que en la calle de la Paz
Los gendarmes atisbaron
Un gran baile singular.
Cuarenta y un lagartijos
Disfrazados la mitad
De simpáticas muchachas
Bailaban como el que más.

La otra mitad con su traje,
Es decir de masculinos,
Gozaban al estrechar
A los famosos jotitos
Vestidos de raso y seda
Al último figurín
Con pelucas bien peinadas
Y moviéndose con chic.

Poco faltó para que los policías golpearan a los bailarines, un policía declaró a la prensa que tuvo ganas de “emprenderla a palos y bofetadas con los bribones aquellos.” Los “cuarenta y un lagartijos” fueron detenidos y trasladados a un cuartel militar en el que fueron rapados y vestidos como reclutas. Todo esto sucedió durante la madrugada del 18 de noviembre de 1901.


Finalmente sólo se castigó a 12 de los 41 “jotitos” (cosas de la posición social y las influencias). Al principio se pensó en sumarlos al ejército, pero se determinó que no eran dignos de ello (“El ejército no puede recibir en sus filas a individuos que han abdicado de su sexo, la Nación no debe honrar con el chaco ni a quienes se han degradado con los usos del colorete y los vestidos de las prostitutas, ni a los que le sirvieron de pareja.”); así, finalmente se les envió a Veracruz y a Yucatán, se dedicarían a la edificación de obras públicas. Pero ¿por qué la prensa de la época mencionó que en aquel baile habían participado 41 “maricones”, cuando en realidad lo habían hecho 42? Porque el “maricón” que no estaban contando (cosas de las influencias) era Ignacio de la Torre y Mier, yerno del dictador Porfirio Díaz.


En el libro "Tradiciones y conflictos. Historias de la vida cotidiana en México e Hispanoamérica" (El Colegio de México y El Colegio Mexiquense, 2007) aparece un apartado titulado “Las nuevas minorías”, y en dicho apartado hay un capítulo titulado “Crónica de un baile clandestino”, mismo que fue escrito por Mílada Bazant.

En su trabajo, Bazant además de narrar los acontecimientos, trata de profundizar y exponer la forma en que se trataba a los homosexuales y lo que se pensaba de ellos.

Así, comienza su escrito narrando aspectos generales del baile nefando, la forma en que la policía irrumpió, y el tratamiento que se le dio en la prensa. Bazant nos cuenta la forma en que se trató el tema en La Tribuna, El Universal, La Patria, La Gaceta Callejera, El Popular, El Imparcial y El País.

La Tribuna y El Universal fueron los primeros en dar la noticia; fue en La Gaceta Callejera donde aparecieron las famosas caricaturas de Guadalupe Posadas (y que ilustran esta entrada) y el corrido de Vanegas Arroyo; fue La Patria la que bautizó el suceso como Los cuarenta y uno; en El Popular, un articulista que firmaba como el Diablo Rojo “construyó, el día 24, la historia de los hechos, en forma literaria, de estilo satírico, con diálogos. Le tomó tres, cuatro días para indagar qué es lo que había pasado y escribió un artículo chusco, a manera de diálogo entre dos comadres, que lleva como título El baile de los 41. El bautizo de un rorro y la rifa de un Pepito. Una vieja entre los pollos. Bigotitos Rizados, ‘¡Mírame, marchando voy!’”.

El baile de los 41 según la telenovela mexicana "El vuelo del Águila", misma que se transmitió por el canal 2 de Televisa del 4 de julio de 1994 al 23 de enero de 1995. Fue producida por Ernesto Alonso, la trama gira en torno al porfiriato. Más información aquí


Posteriormente, la autora narra el destino de los 12 bailarines a los que se castigaría. El mencionado Diablo Rojo escribió los supuestos comentarios que realizaban los “perjumaos” mientras se dirigían a cumplir su castigo, de hecho, “escribió un diario y unas cartas, claro, ambos apócrifos, que relatan las desventuras de aquellos infelices.”

¿Y qué pasó con los que se quedaron en la Ciudad de México? “siguieron ‘luciendo sus bellas figuritas por todas partes’ como si nada hubiera pasado. Mantuvieron la costumbre de frecuentar los baños públicos, sobre todo los afamados, recién remodelados baños turcos de la Gran Alberca Pane, ubicados en Paseo de la Reforma, conocidos, aún por las autoridades, como centros de ligue para homosexuales. Pero también continuaron viviendo en la clandestinidad, perseguidos y repudiados socialmente, y sintiéndose ellos mismos como ‘anormales’ como lo testifica Salvador Novo.”

A las afueras del metro Hidalgo se encuentra el Centro Cultural José Martí. La puerta del lado izquierdo da hacia la Alameda. Junto a esa puerta se encuentra la placa de la imagen, misma que fue diseñada por Reinaldo Velázquez Zebadla


¿Después de estos hechos cómo fueron las relaciones entre Ignacio de la Torre y Porfirio Díaz? Bazant lo explica y además escribe sobre el destino de Ignacio de la Torre. Luego escribe sobre los otros bailes, reuniones similares que se siguieron organizando y de los que la prensa también se llegaba a ocupar (en estos bailes, con la ayuda de un muñeco, se simulaba un parto y un bautizo; también se solía rifar un jovencito). Este apartado termina con las siguientes palabras: “En concreto: a la luz de su época los detalles organizativos del baile de los 41 no fueron tan originales ni tan únicos. En cambio, sí era cuestión de escándalo el hecho de que saliera a la luz pública un baile de ricachones ‘jotos’ donde además estaba involucrado el yerno del presidente. Sin embargo, más allá de la condena popular hacia la fiesta, más allá de la reacción partidista de las autoridades y de su acción en torno a los pecadores pobres quienes fueron tratados como delincuentes, ¿qué había detrás de la homosexualidad en México? ¿Qué se pensaba de los ‘afeminados’?”

Comienza a ocuparse de las anteriores preguntas abordando la cuestión legal. ¿Qué decía la ley sobre la homosexualidad?, ¿qué hay sobre términos como ‘moral pública’, ‘buenas costumbres’ y ‘atentados contra el pudor’?

En la última parte Bazat trata de adentrarse en lo que se pensaba de la homosexualidad durante el Porfiriato. Se trata de un apartado sumamente interesante en el que se explica que la homosexualidad era considerada una enfermedad mental, una perversión (y había quienes suponían que existía un nexo entre las desviaciones sexuales y la criminalidad).

En la placa se lee:A las tres de la mañana del domingo 18 de noviembre de 1901, la policía asalta una reunión de homosexuales, algunos de ellos vestidos de mujer. Esta redada les inventa a los gays de México un pasado que es en síntesis, la negociación con el presente. Con la palabra gay se introduce casi al mismo tiempo la defensa de los derechos humanos de los representados por ese término. Carlos Monsiváis. A cien años, en desagravio de las 41 víctimas de la primera redada homófoba del Siglo XX en México. Por el pleno respeto a los derechos humanos y civiles de gays y lesbianas. Noviembre 18 de 1901-Noviembre 2001. Comunidad Lésbica-gay


En el epílogo se comenta la importancia que para algunas personas tiene este suceso; Carlos Monsiváis, por ejemplo, afirmó que aquella redada inventó la homosexualidad en México, ¿por qué? Porque a partir de ese día los homosexuales en México ya no se sienten solos.

“Crónica de un baile clandestino” es una investigación que de tan interesante deja en el lector los deseos de averiguar más al respecto.

Para saber más sobre el baile de los 41 recomiendo el texto Los "cuarenta y uno", cien años después de Miguel Hernández Cabrera. En dicho artículo, por un lado se cuentan los hechos; por otro, se explica la forma en que Televisa los presentó en la telenovela El vuelo del águila; y por último, Hernández Cabrera se refiere a lo que se ha avanzado en el país en materia de tolerancia y respeto hacia los homosexuales, bisexuales y transgéneros, "quienes ahora se han agrupado solidariamente bajo el estandarte de la diversidad sexual".

lunes, 12 de enero de 2015

DE BOLILLOS VOLADORES NO IDENTIFICADOS O LOS OVNIS QUE VIO ADONIS GARCÍA

Los platillos voladores son el último tema del que platica Adonis García en El vampiro. El enigma de los no identificados le sirve para manifestar el hastío que la vida llega a causarle:

a veces me canso ***** a veces sí me harto ***** como todo el mundo ***** y entonces sí me dan ganas de mandar todo a la chingada ***** me canso de ver la misma pinche gente ***** los mismos pinches monos ahí pendejos ***** las mismas caras y los mismos lugares ***** y entonces es cuando me dan ganas de largarme ***** pero luego digo ***** “largarme *****¿a dónde?” ***** digo ***** a dónde me podría largar que fuera diferente ***** no ***** ps tá cabrón ¿verdad? ***** en todas partes vas a encontrar la misma gente con los mismos pedos ¿no? ***** está cabrón ***** sólo que llegaran los marcianos y se pusieran en contacto conmigo y me fuera con ellos ¿no? ***** si no ***** no veo cómo ***** digo ***** porque sí puede suceder ¿no? ***** digo ***** es una cosa que hay que tomar en cuenta ¿verdad? ***** porque existen ***** por lo menos yo sí estoy seguro de que existen ***** yo he tenido pruebas de que existen ***** ¿no te conté? ***** sí ***** sí te platiqué ¿no? ***** lo de acapulco y eso *****

¿Qué pruebas tiene Adonis de la existencia de los marcianos? Se trata de varios encuentros del primer tipo (según la clasificación –los aficionados a los platívolos lo saben bien- del astrónomo, padre de la “ufología científica” y fundador del CUFOS: J. Allen Hynek).

Adonis y su amigo (que era más o menos su protector) Julián iban rumbo a Acapulco cuando vieron una extraña estrella, es decir, una luz que parecía una estrella. En realidad sólo la vio Adonis, y nada le comentó a su amigo-protector, ¿por qué?

porque ya sabía lo que me iba a contestar ***** “¿y ora ***** de cuál fumaste?” ¿no? o alguna pendejada por el estilo ***** porque julián como que tenía la impresión de que ***** ps no sé ***** de que porque alguna vez había yo tomado pastillas o fumado marihuana ***** pues me iba a pasar todo el tiempo alucinando ***** además ***** él es de esas gentes que ***** aunque se le aparezca la virgen de guadalupe bailando el jarabe tapatío ***** no cree en ella ¿verdad? ***** entons me quedé callado ***** pero no se me pudo olvidar ¿ves? como que me impresionó mucho ¿entiendes? *****

¿Por qué Adonis quedó tan impresionado? Porque le hizo reflexionar en el sentido de la vida, pensar en la existencia de extraterrestres visitando la Tierra le hizo ampliar sus horizontes, su perspectiva. En sus palabras:

y yo como que en un momento dudé que fuera real ***** porque ya ves que siempre que uno ve algo que no se puede explicar dice ***** “no ***** no es cierto” ***** como por miedo ***** o por ****** ps no sé ***** como que uno sabe que si eso es cierto ***** ps te va a afectar muchísimo ¿no? ***** es como ponerse a pensar de repente que el mundo es otra cosa ***** que el mundo está más allá de ***** cómo te diré ***** pues de lo que uno está acostumbrado a entender por mundo ¿no? ***** como que te das cuenta de que el mundo no es nada más la zona rosa y los sanborns y el metro y todo eso que está a tu alrededor ***** digo ***** es como los fantasmas ¿no? ***** aunque yo no creo en ellos *****

Adonis comenta que tuvo otros avistamientos. En alguna ocasión observó un ovni con forma de bolillo:

una noche que subí a la azotea por unos calcetines ***** volví a ver la luz ***** primero muy lejos ***** y luego fue acercándose hasta que quedó pues a una distancia en que se podía distinguir lo que era ¿ves? ***** y era un platillo volador ***** pero no así como los pintan ***** sino más boludito ***** como con la forma de un bolillo y de color amarillo o verde brillante ***** y ahí se quedó ¿no? ***** detenido ***** muchísimo tiempo ***** pero ya no bajó más ***** y es que dicen que no pueden entrar a las ciudades porque hay una barrera ***** o algo ***** de energía creo ***** que impide que pasen ***** pero yo estoy seguro de que quieren algo ***** como que lo siento ¿ves? *****


¿Y qué es lo que quieren? Adonis bromea sobre las intenciones de los visitantes (nótese que el chichifo tiene más imaginación que los ufólogos crédulos/sensacionalistas y los supuestos abducidos con respecto a la forma de los extraterrestres):

a lo mejor son marcianos gayos que me quieren dar un llegue porque hasta allá ha llegado mi fama ***** je **** no ***** no es cierto ***** vete a saber qué es lo que quieran ***** pero ***** a poco no sería increíble coger con algún ser verde o amarillo y de piel gelatinosa en la que se le hundiera la verga en cualquier parte que se la pusieras ***** hummmmmmm ****

Adonis dice que tiene la intención de visitar Tepoztlán, y que entonces los marcianos podrían ponerse en contacto con él:

así es que ya sabes ***** si no vuelves a saber de mí es que llegaron los marcianos y me raptaron ***** y nos fuimos bailando el cha cha cha ***** je ******** fíjate ***** el otro día leí en el periódico que una persona había entrado en contacto con seres extraterrestres y se había ido con ellos ***** que había mandado una postal ***** o un telegrama ***** no me acuerdo ***** a su familia ***** diciendo que se iba de este mundo ***** je ***** se dice fácil ¿verdad? ***** pero imagínate que de repente te llegué un telegrama de un cuate y te diga ***** “encontré marcianos punto ***** invítanme con ellos punto ***** parto marte punto” y hasta te quedan tres palabras ¿verdad? *****

Llegamos a la parte final de la novela, aquella en la que Zapata expone de forma genial lo que Adonis piensa y siente sobre su vida ; ¿y si recibiera la oportunidad de irse a otro planeta?

¡puta! ***** me cae que yo sí me iba ***** me cae que no lo pensaba dos veces ***** dejaría todo tirado ***** así ***** sin llevarme nada que me recordara este mundo ***** chance hasta me iría desnudo ***** como nací ***** para que ni la ropa me hiciera pensar en lo que era antes ***** y entonces sí “adiós mundo cruel” ***** como dice la ***** canción ***** ¿te acuerdas? ***** la cantaba enrique guzmán ***** y desde la nave iría viendo cómo se iba haciendo chiquita la ciudad de méxico ***** y adiós ángel de la independencia ***** y adiós caballito ***** y adiós monumento a la revolución ¿verdad? ***** como si fuera un barco que se fuera alejando poco a poco ***** y después la república ***** y el continente americano ***** hasta que quedara la tierra nomás como una bolita de billar ***** que a cada momento se iría haciendo más pequeñita y más pequeñita y más pequeñita ***** y correríamos a velocidades increíbles ***** y por la ventanilla ***** porque sí deben tener ventanillas esas cosas ¿no? ***** por la ventanilla iría viendo las estrellas que pasaban bien rápido ***** o una estrella fugaz ***** y entonces cerraría los ojos y pediría un deseo ***** que no volviera nunca ***** pero nunca ***** por ningún motivo ***** a este pinche mundo ********** y ora sí ya apágale ¿no?

sábado, 10 de enero de 2015

Primera entrega del premio "Vade Retro Satana"

"Todo estaba listo para que hoy sábado 10 de enero, a las 14:30 horas tiempo local, Víctor Manuel Aguirre Espinoza y Víctor Fernando Urias Amparo se casaran, pero por cuarta ocasión el registro civil de Mexicali, Baja California, se negó a acatar un fallo de la Suprema Corte que concede a la pareja el derecho y que además declara inconstitucional en la entidad, por discriminación y contrario al principio de equidad, la prohibición de matrimonios entre personas del mismo sexo.", informa Animal Político.

Han sido varios los pretextos para impedir la boda, anteriormente decían que las firmas de los testigos no coincidían y que había discrepancias entre los datos de las actas de nacimiento y las CURPs de los novios, como se ve en el siguiente video:



En esta ocasión, no se llevó a cabo el enlace matrimonial debido a que el registro civil recibió una denuncia presentada por la ciudadana Angélica González Sánchez, encargada de dar las pláticas prematrimoniales y apoderada legal de la Coalición de Familias de Baja California A.C. Esta coalición afirma llevar a cabo actividades para el fomento de valores tradicionales de la familia, la equidad y el respeto de las relaciones humanas (ver aquí).


En la denuncia Angélica González Sánchez afirma que Víctor Manuel Aguirre y Víctor Fernando Urías padecen de locura y que el certificado médico que presentaron no acredita su salud mental. Por otro lado, solicita que el grado de locura de los novios sea determinado por médicos especialistas y así se establezca si son o no aptos para contraer matrimonio.


Cuando la pareja se presentó a las pláticas prematrimoniales, éstas fueron suspendidas. ¿La razón? Que las pláticas solamente se dan a parejas heterosexuales, pues el artículo 172 de la Ley Orgánica del Registro Civil dice que el matrimonio se da entre hombre y mujer. Y aunque la plática se suspendió, a las demás parejas se les otorgó la constancia de asistencia. Víctor Manuel y Víctor Fernando insistieron en que les dieran la plática, por ello Angélica González Sánchez los acusó de padecer locura.


Aquí, aquí, aquí y aquí más información.
  
Por todo lo anterior los orgullosos vecinos de Lot otorgamos el premio Vade Retro Satana -un reconocimiento a las mejores manifestaciones homofóbicas- al registro civil de Mexicali, Baja California, a la Coalición de Familias de Baja California A.C. y a la ciudadana Angélica González Sánchez. ¡¡Muchas felicidades!! Esperamos que lo disfruten, pueden imprimirlo y colocarlo en sus paredes favoritas.



Aquí la explicación del premio.




De mis partes favoritas del vampiro de la colonia roma (2)

rené iba a ser algo bien importante en mi vida****definitivo****si tú quieres****porque por él entré al talón**y luego luego me di cuenta de que le caí bien****le gusté****se desparramaba en atenciones aunque estuviéramos delante de mi hermano****para esto***no sé si él ya sabía****mi hermano****qué onda conmigo****a lo mejor sí se las mascaba***porque se daba cuenta de que a mí también me gustaba rené****o por lo menos le hacía buena cara****y de que a veces me chiveaba****cuando rené me hacía algún cumplido ¿ves?****como preguntarme cómo era posible que no tuviera amante si era un chavo tan guapo****tan bueno****que era un adonis***un adonis****imagínate*****así me decía****y así se me quedó desde entonces*****todo el mundo me decía así*****me llamaba así*******hasta mi hermano ¿ves? hasta él se acostumbró a llamarme así********y el tal rené también estaba muy cuero****muy bueno que estaba****moreno claro*****de pelo chino*****voz de pito y nalgas de pera****aunque era loca******no tanto como la frenchi***pero loca al fin y al cabo****entonces me llevaba regalitos****me llevaba revistas****me llevaba frutas****me llevaba****imagínate****una vez me llevó un disco de un trío****y yo sin tener tocadiscos****sólo que me lo pegara a la oreja ¿verdad?*****para ver si le agarraba algo****y mi hermano así*****haciéndose de la vista gorda*****como si fuera lo más natural del mundo que rené me diera cosas y me la mamara con la mirada*****un día llega rené y me dice****”vamos al cine”****y yo “sí” ¿verdad?*****”sí”****le digo*****porque no tenía otra cosa que hacer****en realidad nunca tenía nada que hacer******y que nos metemos ¡a ver “sor ye ye”!****para que veas hasta dónde llegaba mi inocencia entonces****era una pinche monja que se la pasaba baile y baile y cante y cante con una escoba toda la pinche película****pero**entonces**mientras estábamos viendo “sor ye ye”****rené me agarraba la mano****me la apretaba****y yo***así como si me hubiera dado un toque***la retiraba****me ciscaba mucho porque***bueno***antes todo había sido así como de cotorreo ¿no?****pero ahora sí veía que la cosa iba en serio*****me ciscaba mucho****pero también me atraía****se me antojaba muchísimo acostarme con él porque nunca había tenido relaciones con nadie***nunca había cogido***¿mentiendes?****ya era todo un señor de diecisiete años y seguía siendo virgen****después de la película me invitó a tomar un café***un refresco***que para que platicáramos****que no sé qué******y yo pensando****”a ver a qué horas le va a poner la yombina”***je***no es cierto****pero sí sintiéndome raro porque era la primera vez que alguien****bueno****porque me sentía como si me estuvieran haciendo la corte ¿verdad?****que mira adonis****¿no quieres un pastelito?****que mira adonis****¿tienes cepillo de dientes?****porque ya ves que en ese café****el que está junto al cine regis****también hay farmacia ¿no?****en fin tratando de halagarme****esa vez estuvo haciéndome muchísimas preguntas****de mi vida***de mi pasado presente y futuro****de mis gustos****de todo ¿verdad?****como si deveras le interesara****aunque a lo mejor sí le interesaba ¿no?



Película musical del año 1967 coproducida por España y México y protagonizada por Hilda Aguirre, Manuel Gil y Enrique Guzmán. La película, que supuso la consagración internacional en Latinoamérica y España de Hilda Aguirre. Más información aquí.



Polémica Originalmente se presentó a Hilda Aguirre como la protagonista única del musical y como si fuera ella la intérprete de las canciones. Esto pronto se demostró que no era cierto, ya que la voz en las canciones era interpretada por una entonces desconocida Estela Núñez, a la que inicialmente se le prohibió decir que era ella la cantante e incluso cantar esas canciones en público. Sin embargo, ella poco después saltó a la fama y, posteriormente, Enrique Guzmán reveló en una entrevista que era Estela Núñez la voz musical en la película.



El Cine Regis estaba ubicado en Av. Juárez, en una de las construcciones anexas al hotel de mismo nombre, fue inaugurado el 14 de junio de 1924 (...) Con capacidad para alrededor de mil espectadores, funcionó casi al mismo tiempo para temporadas teatrales y exhibiciones cinematográficas. (...) Más adelante cambió su nombre por el de teatro Imperial y posteriormente por el de cine Regis, nombre que conservó hasta 1985, cuando fue destruido por el terremoto del 19 de septiembre. Más información aquí.



Al sucumbir ante los embates del terremoto de 1985 al igual que el inmenso hotel que lo albergaba no sólo se destruyó un legendario inmueble, sino que el terremoto también desapareció los lugares donde se tejieron cientos de historias ligadas al cine mexicano. Actualmente el terreno donde se encontraban el hotel y el cine Regis están ocupados por la Plaza de la Solidaridad. Más información aquí.

De mis partes favoritas del vampiro de la colonia roma (1)

entons empecé a salir muchísimo a la calle****me encantaba salir a la calle****me sentía fascinado por la ciudad****en esa época me parecía la ciudad de méxico la ciudad más cachonda del mundo****la que más se prestaba a coger**** o sea a que uno cogiera ¿verdad? ****la que más favorecía las****este****las relaciones sexuales********entons yo decía****”no ***ps si esta ciudad es cachondísima ***para muestra basta la torre latinoamericana que es el falo más grande de Latinoamérica”****porque sí es como un falo****¿te has fijado?****es larga como cualquier prestas que se precie de serlo y abajo hasta tiene sus huevos*****cuadrados***pero***huevos al fin y al cabo****entons a mí la torre me parecía el falo más grande de américa latina y el palacio de bellas artes la chichi más gorda de todo el continente****je****y así toda la ciudad ¿no?****cada rinconcito tenía un encanto muy particular****muy sexual****era maravilloso****podías coger todo el día****todos los días


jueves, 8 de enero de 2015

¿SON LOS HOMOSEXUALES LAS VÍCTIMAS FAVORITAS DE LOS VAMPIROS?

"¿Qué mejor modo para conocer íntimamente a un vampiro que teniéndole como paciente cuando se es psiquiatra?" Edward Lewis Weyland es un vampiro dedicado a la antropología, estaba a cargo del laboratorio de los sueños del Centro Cayslin para el Estudio del Hombre, y para poder regresar a su puesto debe asistir a una terapia con la doctora Floria; es así como sus miedos, sus odios, sus frustraciones y su vida sexual quedan al descubierto. ¿Fascinante? Sí, pero también terrible.

Este curioso encuentro lo describe Suzy McKee Charnas en El tapiz del unicornio, obra que aparece en el número 6 de Horror, de la serie Gran Súper Terror de Martínez Roca.

Edward le habla a su psiquiatra sobre su forma de cazar:

-Muy bien, ya que insiste... Durante el verano en la ciudad hay un gran número de posibilidades. Quienes son demasiado pobres para tener aire acondicionado duermen en las terrazas y en las escaleras de incendio. Claro que muchas veces me he encontrado con que su sangre se ha vuelto amarga debido a las drogas o el licor. Puede decirse lo mismo de las prostitutas. Los bares están llenos de gente accesible pero también de humo y ruidos, y también allí la sangre está contaminada. Debo escoger cuidadosamente mis terrenos de caza. Suelo acudir a exposiciones en galerías de arte o museos, o a los grandes almacenes a última hora... lugares donde es fácil acercarse a las mujeres.

-¿Sólo mujeres?

-Normalmente el cazar mujeres ocupa mucho tiempo y puede ser caro. La mejor caza se encuentra en la parte de Central Park que llaman la Rambla, donde los homosexuales buscan encuentros con otros de su clase. También suelo pasar por allí de noche.


La doctora le interrumpe pues ha terminado la consulta, el vampiro le pide tiempo para detallar su respuesta:

-Sólo un instante más –dijo él con voz fría-. Usted me lo ha preguntado; deje que termine de responder. En la Rambla encuentro alguien que no apesta a drogas o a licor, que parece saludable y que no insiste en “hacerlo” allí mismo, entre los arbustos. Invito a ese hombre a mi hotel. Me juzga seguro: más viejo y más débil que él, no parece probable que resulte ser un maníaco peligroso. Por eso acude a mi habitación. Me alimento con su sangre.


En la siguiente sesión se reanuda el tema:

-Cuando entabla relación con alguien en la Rambla, ¿se trata de un encuentro pagado?

-Normalmente, sí.

-¿Qué siente al tener que pagar?

Esperaba odio, irritación. Él se encogió levemente de hombros.

-¿Por qué no? Otros trabajan para ganarse el sustento. De hecho, yo también trabajo, y muy duramente. ¿Por qué no debería utilizar mis ingresos para conseguir lo que necesito como alimento?


Más adelante le pregunta sobre la forma en que suele atacar:

-Hay un sitio en el cuello..., aquí, donde la presión puede interrumpir el flujo de sangre al cerebro y causar la inconsciencia. Acercarse lo bastante para administrar tal presión no resulta difícil.

-¿Hace eso antes o después de la actividad sexual, sea ésta del tipo que sea?

-Antes, si es posible –le dijo él con voz áspera-, y sustituyendo a dicha actividad.

-¿Suele escoger como presas a los hombres con preferencia a las mujeres?

-Ciertamente. Tomo lo más fácil. Los hombres siempre han resultado más accesibles que las mujeres, porque éstas han sido encerradas entre muros cual si fueran tesoros, o han quedado tan destrozadas físicamente por los partos repetidos que no eran una presa demasiado sana para mí. Todo esto ha empezado a cambiar recientemente, pero los homosexuales siguen siendo la presa más sencilla. –Mientras ella seguía recobrándose de la sorpresa que le había causado tan imprevisible como extraño esbozo de la historia femenina, él siguió hablando en voz baja y suave-: Cuan cuidadosamente controla usted su expresión, doctora Landauer... Ni una sola señal de disgusto o desaprobación.
Se dio cuenta de que en realidad sí desaprobaba su conducta. Habría preferido que no mantuviera ningún tipo de relación sexual con hombres. Oh, al diablo.

-Y, sin duda, me ve usted como alguien que escoge a sus víctimas entre quienes ya lo son –añadió él-. Así es el mundo. Un lobo siempre mata a las reses más débiles, las que se encuentran separadas del rebaño. Los homosexuales no gozan de igual protección que otros miembros del rebaño humano y, al mismo tiempo, se les anima para que se delaten como tales, dándose a conocer y estando siempre disponibles. Por otra parte, a diferencia del lobo, yo puedo alimentarme sin matar y estas víctimas en particular no representan para mí ningún tipo de amenaza que pueda impulsarme a ello. Siendo exiliados de la sociedad, aunque comprendan cuál es el auténtico propósito de mi presencia entre ellos, no pueden acusarme de modo efectivo.

¡Dios, de qué forma tan limpia, tan completa e implacable ponía distancia entre él mismo y la comunidad homosexual!

-¿Y qué siente usted hacia sus propósitos, Edward..., lo que esperan sexualmente de usted?

-Exactamente lo mismo que siento ante las expectativas sexuales de las mujeres que decido perseguir: no me interesan. Además, cuando mi hambre se despierta la excitación sexual me resulta imposible. Mi falta de respuesta física no parece sorprender a nadie. Se diría que en un hombre de cabellos grises la impotencia es algo que debe esperarse, y eso conviene admirablemente a mis intenciones.


El vampiro habla de su vida sexual en otra sesión:

-¿Bajo qué circunstancias se encuentra usted sexualmente excitado?

-Normalmente al despertar del sueño –dijo con indiferencia Weyland.

-¿Y qué hace al respecto?

-Lo mismo que los demás. No estoy lisiado y tengo manos.

-¿Tiene fantasías en ese momento?

-No. Las mujeres y, en cuanto a eso, también los hombres, me atraen muy poco, ya sea en la fantasía o en la realidad.

-Ah... ¿Qué hay de las hembras de vampiro? –dijo ella, intentando no sonar demasiado estúpida.

-No conozco a ninguna.

Por supuesto: la contestación más sencilla del libro.

-Supongo que no deben ser necesarias para la reproducción dado que la gente muerta por la mordedura de un vampiro se convierte también en vampiro.

-Tonterías –dijo él con el ceño fruncido-. No soy una enfermedad contagiosa.


Weyland explica que desconoce cómo se reproducen los vampiros, y que su equipo sexual es sólo una forma de mimetismo biológico; también explica que no siente deseos por tener sexo con los seres humanos, al igual que un ser humano normal no siente deseos de aparearse con una de las reses que come. El vampiro descrito por Suzy McKee odia a los seres humanos por depender de ellos para sobrevivir:

"Los humanos son mi alimento. Saco la vida de sus venas. A veces les mato. Soy superior a ellos, más grande. Y, sin embargo, debo pasar el tiempo pensando en sus costumbres y en sus impulsos, haciendo planes para evitar los peligros que representan..., les odio."

Una noche la doctora Floria tiene un sueño erótico con el vampiro, esto le lleva a reflexionar. "Cuando alguien se dirige sexualmente hacia Weyland, eso representa una señal de que su técnica de caza ha logrado poner dentro de su radio de acción una posible víctima y puede que eso despierte su apetito de sangre. No quiero eso. Yo no soy comida. Soy una persona."

La doctora Floria pasa por momentos difíciles: su vida personal (familiar) está en crisis y sus proyectos profesionales van bastante mal; y en esas circunstancias trata de ayudar al vampiro que ha llegado a su diván... En realidad ambos se beneficiarán con sus encuentros.