Hacia el final expresa que: "Pese a que podría ser un cine 'amigable' con la diversidad sexual, lo que realmente muestra es su incomodidad e ignorancia respecto de la situación histórica y social del fenómeno. Una de las presencias más notorias en estas películas mexicanas es el marco de referencia tradicional que sirve de matiz para comprender la vida de los personajes gays y lesbianas. Es posible comprender el papel irrenunciable de la vigilancia social para que la loca internada en una clínica, y que desea a otras mujeres, y los 'señores' que en cualquier momento devienen en pederastas no se salgan de un cauce de tolerancia mínima."
Veamos ahora lo que dice sobre La otra familia:
El jardinero de la casa de la pareja es el personaje que encarna la voz de la conciencia tradicional, pues vigila al niño para que no vaya a ser abusado por los "señores", vigilancia que se convierte en el leimotiv de la historia, de ahí que los protagonistas deban exhibir actos de decencia y salud mental, es decir, hacer patente su normalidad. Un diálogo entre el jardinero y el niño es revelador de la estrategia discriminatoria del director para que la pareja sea aceptada como "normal" por el público. Ante la presencia sorpresiva del niño en la casa de los "señores", el jardinero le pregunta: "¿Y ya sabes dónde vas a dormir?", a lo que el niño responde: "En el cuarto de visitas", y es entonces cuando aparece la voz de conciencia en palabras del jardinero: "¿Solo o con los 'señores'?" Ejemplos como este abundan en una película que conforme avanza en su intención de mostrar la "normalidad" de la adopción de un menor por una pareja homosexual, exhibe las resistencias culturales para aceptar otras formas de construir eso que llaman en el título "la otra familia".
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