jueves, 21 de diciembre de 2017

Diversidad sexual en el cine mexicano contemporáneo

En su "Tensiones culturales y diversidad sexual en el cine mexicano contemporáneo", Vicente Castellanos Cerda analiza la forma en que se presenta la homosexualidad en las películas La otra familia (2011), Niñas mal (2007), Puños rosas (2004), Hasta el viento tiene miedo (2007) y All Inclusive, Todo incluido (2008). 


Hacia el final expresa que: "Pese a que podría ser un cine 'amigable' con la diversidad sexual, lo que realmente muestra es su incomodidad e ignorancia respecto de la situación histórica y social del fenómeno. Una de las presencias más notorias en estas películas mexicanas es el marco de referencia tradicional que sirve de matiz para comprender la vida de los personajes gays y lesbianas. Es posible comprender el papel irrenunciable de la vigilancia social para que la loca internada en una clínica, y que desea a otras mujeres, y los 'señores' que en cualquier momento devienen en pederastas no se salgan de un cauce de tolerancia mínima." 



Sobre el papel del "amor" en estas cintas dice: "En nombre del amor se toleran las parejas lesbianas, así como las "otras familias" que se apegan al canon dominante de la fidelidad y del respeto a la pareja. Gracias al amor, estos personajes transgresores se transforman en individuos tolerados. Este tema funciona muy bien para introducir veladamente en las cinco películas el asunto de la diversidad sexual en los asuntos públicos, lo cual parece ser el único acierto, pero, al mismo tiempo, impone límites en su expresión porque elimina la carga transgresora que conlleva el hecho de que ciertos sectores de la sociedad pongan en entredicho el contrato familiar tradicional." En suma "Se trata de obras de cineastas a quienes aún les resulta incómodo el tema o se ven traicionados por sus prejuicios ideológicos y religiosos, pero que se atreven, a veces por razones comerciales, a representar nuevas realidades de la sociedad mexicana." 


Veamos ahora lo que dice sobre La otra familia: 

El jardinero de la casa de la pareja es el personaje que encarna la voz de la conciencia tradicional, pues vigila al niño para que no vaya a ser abusado por los "señores", vigilancia que se convierte en el leimotiv de la historia, de ahí que los protagonistas deban exhibir actos de decencia y salud mental, es decir, hacer patente su normalidad. Un diálogo entre el jardinero y el niño es revelador de la estrategia discriminatoria del director para que la pareja sea aceptada como "normal" por el público. Ante la presencia sorpresiva del niño en la casa de los "señores", el jardinero le pregunta: "¿Y ya sabes dónde vas a dormir?", a lo que el niño responde: "En el cuarto de visitas", y es entonces cuando aparece la voz de conciencia en palabras del jardinero: "¿Solo o con los 'señores'?" Ejemplos como este abundan en una película que conforme avanza en su intención de mostrar la "normalidad" de la adopción de un menor por una pareja homosexual, exhibe las resistencias culturales para aceptar otras formas de construir eso que llaman en el título "la otra familia".


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